1. Tarjetas Black 1


    Fecha: 03/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: roberxl, Fuente: RelatosEróticos

    ... lengua, y ― ¡Ummm!― con el siguiente chorro la contable pudo percibir sus características y matices, la pringosa textura y agridulce sabor del esperma, del esperma de Róber. ― ¡Ummm! ¡Ummm! ¡Ummm! ¡Ummm!―los últimos tres o cuatro espasmos del hombre más arrollador con quien se había cruzado terminaron de llenarle la boca.
    
    Por alguna extraña razón la mujer se sentía satisfecha de haber conseguido que Róber eyaculase de aquella forma tan exagerada. Aún así, Róber no la soltó hasta que él mismo hubo escurrido hasta la última gota de su polla. Finalmente, Yeimy cayó hacia atrás con sus labios apretados, la boca llena de esperma, totalmente extasiada. Le había vaciado los huevos a aquel macho imponente. Lo había hecho, y literalmente saboreaba su premio.
    
    Unos instantes más tarde Róber sonriendo y aún en pie le ordenó ― Abre la boca― Ella, le devolvió una pícara sonrisa y le mostró encantada su boca ya vacía moviendo la lengua para dejar claro que lo había tragado todo.
    
    El Delegado movió la cabeza en señal de aprobación. El aliento de la muchacha desprendía un evidente aroma a semen. Debía haberla premiado con una buena ración tras una semana o más sin eyacular.
    
    ― ¿Te ha gustado mi leche? ―preguntó ...
    ... Róber.
    
    Ella asintió volviendo a mirarlo con malicia― ¡Ummm! Está rica tu lechita. Quiero más. ―dijo juguetona.
    
    ― ¡Joder Yeimy, que bien la chupas! Eres única, te esfuerzas y pones el alma como en todo lo que haces.... Tendrás tu ración trimestral, lo prometo.
    
    Luego de acusadoras y excitantes miradas, Yeimy se levantó y tomó la resolución de irse.
    
    ― Oye, el sábado me vuelvo a España, así que iré el viernes a cenar a tu casa ¿OK? ―Aquellas palabras cayeron sobre la contable como un jarro de agua helada.
    
    ― ¿Cómo…? Ni se te ocurra ¡Nadie te ha invitado! ―replicó Yeimy furiosa poniéndose en pie.
    
    ― Ni yo he pedido a “nadie” que me invite ―se defendió Róber― Por cierto, ¿cómo se llama tu marido?
    
    ― ¡Eres un cerdo! ― dijo Yeimy airada mientras verificaba que no se hubiesen roto por las rodillas sus medias de liga.
    
    ― ¡Ja! ¡Ja! ¿Y tú qué eres?… Una refinada señora casada... que me ha dejado secos los huevos... Vamos, no seas tonta, dime cómo se llama tu marido― repitió el Delegado con firmeza.
    
    ― Federico, se llama Federico, bueno… Fede― respondió la contable finalmente, respirando aliviada al ver que Róber volvía a meter su miembro dentro del pantalón.
    
    ― Gracias mujer, venga vámonos, se hace tarde…
    
    CONTINUARÁ 
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