1. Tradición Familiar #1: La confesión.


    Fecha: 05/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... la conversación que habíamos tenido, seguro. Me tomo de la mano y me invito a pararme. Camine bajo su guía hasta estar entre sus piernas. Me dijo que me arrodillara sobre un cojín que había colocado en el suelo, y que me tomara mi tiempo. La observe por un minuto, algo palpitante. La toque, causándole risa. “Bueno, algo más de curiosidad que eso. Mira, si haces con tu mano así, se siente bien” dice el pajeándose un poco. Con mis dos manos lo tome y comencé a mover la piel fina arriba y abajo, él tirando su cabeza hacia atrás, dejando salir un pequeño gemido. Después de un rato, me invito a probarla. “Venga, como los muchachos que viste en la pagina” dijo él. Recordando alguno de los videos, comencé a lamer la punta, provocándole aun mas placer. Al poco tiempo, algo emocionado por saber que hacia las cosas bien, intente meter la cabeza de su polla erecta en mi boca, que a duras penas paso mis labios. No es grande, hoy en día les puedo decir eso con seguridad, pero en ese entonces, para mí, si lo era. Así estuve un rato, el quitándose la camisa, disfrutando, poniendo una mano sobre mi cabeza, empujándome un poco más abajo. “Así, mas rápido” dijo con mas euforia, en lo que comenzaba a pajear su polla a mayor velocidad, su punta aun en mi boca. Gimió y gimió cada vez más fuerte, hasta que me tomo de la cabeza, y un líquido caliente, amargo, viscoso y a la vez algo seco inundo mi boca. La verdad ...
    ... fue algo desagradable. Me despegué de su polla, escupiéndolo al piso. “Eeeeew. Sabe horrible” dije yo. “Tranquilo” dijo él con ligera risa en lo que me pasaba un vaso de agua fresca que no había visto desde que entre a la habitación. “Es la leche” dijo él. “Sabe muy mal” le dije yo de todas maneras. Me acaricio las espalada y el pelo. Mi corazón latía a mil por hora por lo sucedido, sin duda el suyo también. “Tranquilo, con el tiempo te gustará. Es un trago para gente grande”. No sabía en ese momento lo cierto que sería eso en cierto punto de mi vida en el futuro. Le pregunté que si ahora el haría lo mismo conmigo, pero me explico que en realidad solo los chicos le hacían eso a los hombres grandes de la familia. Que quien podía hacerme eso sería mi madre. Algo que no tardaría en pasar. En los siguientes días, estar con mi papa fue como nunca. No podía la verdad esperar el momento en que me recogiera de una practica de futbol en la escuela para irnos por un helado, y meter el carro a un callejón para que le mamara la polla, o que llegar a del trabajo y entrara a mi cuarto, cerrando la puerta y bajándose los pantalones, o que me esperara en las regaderas ya duro por las mañanas. Por mi parte la verdad, era algo morboso. Una noche entro a mi cuarto, ya tarde. Desnudo. “Hoy pasará algo diferente” dijo él. “Que cosa, papá?” pregunté con algo de sueño. Me ofreció su mano. “Ven. Vamos a ver a tu mamá”. 
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