1. Ejercitando con papá


    Fecha: 06/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... ejercicios donde tuvieras que hacer posiciones bastante. provocativas. Mi entreno comenzó al día siguiente, procuré usar leggins para mejores resultados. Papá siguió en su máquina, yo ejercitaba junto a él. No fue sencillo, me cansé muy rápido pero tuve que mantenerme allí para conseguir más de su atención. Al cabo de una semana, ya no era tan difícil, de hecho, tuve resultados. Estaba admirándome en el espejo de la pequeña sala de Gym, admirando mi trasero básicamente, de pronto, encontré los ojos de papá viéndolo. Nuestros ojos se encontraron en el espejo y desvió la mirada de inmediato, se levantó de la máquina y dijo que iría a ducharse ya. La semana siguiente fue algo parecido, noté que cuando el creía que yo no lo veía, miraba muy atentamente mi culo. Las dos semanas terminaron y solicité mi caminadora. -Creo que te mantuviste firme porque era poco tiempo, si aguantas 3 semanas más, te compraré dos maquinas- Esto me convenía. Fingí molestia y acepté, pero todo estaba saliendo bien. Mi cuerpo si estaba tonificándose al fin y al cabo, apenas si me sobraba grasa desde un principio, solo usé el ejercicio como excusa pero me había venido bastante bien. Uno de esos días comencé a admirarme en el espejo pero quise subir un poco el nivel. Con la excusa de que quería comprobar de que había perdido grasa en el abdomen. -Papi, ¿crees que perdí peso?- levanto mi camiseta de modo que se ve un trozo de mi sostén. -Sí cariño, aunque estabas bien antes, lo repito- lo cierto es que ...
    ... apenas si pudo verlo, decidió desviar la mirada. Esto estaba poniéndose bueno. Y fue mejor cuando más tarde escuché como se masturbaba de nuevo, y quería entrar y darle placer por mi cuenta. Pero debía esperar y encontrar la ocasión perfecta. Esa noche, fui a ducharme y dejé la puerta entre-abierta y comencé a masturbarme. Inconscientemente comencé a gemir, así que me detuve para no llamar tanto la atención. Apagué el chorro para enjabonarme pero algo me distrajo, unos ruidos. Gemidos, fuertes, de mi padre. Me mordí el labio, ya no estaba intentando no hacer ruido, incluso pensé que quería que los escuchara. Encendí el chorro de nuevo y volví a masturbarme, más fuerte, y está vez, dejé que mis gemidos salieran. Mi sorpresa fue grande cuando de pronto la cortina de la ducha se corrió y papá estaba viéndome con ojos deseosos. -Estás haciendo mucho ruido cariño, creí que te sucedía algo- dice, pero solo ve a mis pechos. Luego sus ojos bajan a mi sexo donde tengo mis dedos. Él no deja de ver allí, así que sigo masturbándome y no paro de gemir. -Basta, no está bien- me regaña, no sé qué quiere decir. -No está bien que no lo haga yo- musita -¡No!- exclama -eso es enfermizo- retrocede, intentando alejarse de la tentación, pero no lo voy a permitir. Me acerco apresuradamente a él, sujeto su mano y la dirijo a mi vagina. El placer que siento es inmenso. -No está bien, no. - lo callo dándole un beso largo y lleno de deseo, nuestras lenguas se rozan una y otra vez, su mano acaricia cada vez ...