1. La familia de Jesusa


    Fecha: 08/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Vallekanito, Fuente: SexoSinTabues

    ... echando un vistazo a la falda que tenía a mi lado, ya veo, me has destrozado otra falda,me vas a tener que comprar una. – Te compraré todas las que quieres así las llevarás como a mi me gustan, por cierto, muy bonita de lo hoy, parecías una colegiala. – Gracias, sabía qe¡ue te iba a gustar, por eso me la puse. Bueno, me voy a la cocina que algo tendremos que comer para reponer fuerzas. – Si ve, ha sido un día agotador, ahora, cuando me duche voy para allá, me encanta verte trajinar en la cocina. – Vale, te espero. Salí de la cuha y allí estaba ella removiendo algo en una cacerola, me acerqué por detrás y le levanté la parte delantera de la bata para empezar a acariciarle el coño, al mismo tiempo intenté meterle mano por debajo de la bata para tocarle las tetas. – ¿Has vuelto a coser el botón? – Si, me dijo, ya cumplió su misión y bastante bien, por cierto. – Si, eso es verdad, pero lo podías haber guardado como recuero de nuestro primer polvo. – No se me había ocurrido. – En fin, da igual. – Le desabroché un par de botones de la bata y le empecé a sobar las tetas, mientras con la otra mano seguía metiéndole mano en el coño. – No ves como es mejor que estés así, desnuda debajo de la ropa. – Si, tienes razón, pero ten cuidado no me vayas a quemar. – Tranquila, que con los fuegos de la cocina seguro que no, acerca tu culo a mi entrepierna ya verás lo dura que la tengo. – Es verdad, parece que tienes ahí una barra. – Restrega el culo contra mi polla, quiero correrme otra vez. ...
    ... Así lo hizo, cuando vi que me iba a correr le apreté bien las tetas y le metí la mano hasta el fondo de su coño para hacer que se corriera ella también. En ese momento llegó su hijo. – Hola, ¿que tal lo habéis pasado? – De maravilla, dijimos los dos a la vez. – Ya lo veo, dijo él viendo la mancha de mi pantalón y las tetas de su madre por fuera de la bata. – Bueno, pues yo me voy a ir, dije – ¿No te quedas a comer? – No, seguro que tenéis muchas cosas de las que hablar, dije, guiñándole un ojo a su hijo. – Muchas cosas de que hablar y muchas cosas que hacer, dijo él riéndose. – Bueno, pues adiós. – Salí y cuando fuy a cerrar la puerta vi que ya le estaba volviendo a chpar las tetas, me fui pensado en que iban a comer tarde, o quizá la estaban comiendo. Poco después volví a ver a mi amigo en una zona de copas de Madrid y mientras nos tomábamos algo empezamos a hablar. – ¿Que tal el otro día con tu madre, Jesús (así se llamaba)?, cuando me fui le estabas empezando a comer las tetas. – Si, y fue lo único que comí, estaba muerto de cansancio y me fui a echar la siesta, si por lo menos hubiese tenido leche. – No te quejes, que tu te alimentaste de ellas cuando eras pequeño, ya me hubiese gustado a mi mamarselas todos los días. – En eso tienes razón, lo malo es que no me acuerdo. – Y tu madre, ¿que?, ¿comió? – Si ella tuvo más suerte porque aparte de rabo bebió también leche, que forma de mamar tiene la condenada. – ¿y tu padre no sospecha nada? – Mi padre, bah, mi padre no se entera ...
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