1. ¡¡¡ Qué tiempos aquellos !!!


    Fecha: 13/07/2019, Categorías: Hetero Autor: renegadomonti, Fuente: SexoSinTabues

    ... bastante. Insistió con la oferta de que a cambio de una copa y un par de pesos, me llevaba a un lugar donde iba a poder coger con niñas. Al cabo de un rato, y luego que ella bebiera su copa, salimos y nos dirigimos al lugar en el que ella decía que había niñas para coger. Al mencionarme el barrio, le dije que ese era un barrio muy peligroso y ella me respondió que no me preocupara, porque al ir con ella no pasaba nada. Llegamos al lugar, una casita humilde, ella bajó del auto y procedió a golpear la puerta. Al abrirle ingresó a la casa, y como se demoraba, ya estaba por retirarme del lugar pensando que me había engañado, pero de pronto salió y me llamó, diciéndome que entrara el auto al patio de la casa. No muy convencido, pero pensando en la posibilidad de cogerme alguna niña, cosa que me produce un placer inmenso, ingresé y por supuesto preparé mi revolver calibre 38 largo por cualquier eventualidad. Descendí del auto y me hicieron ingresar a la casa. Allí estaba la prostituta y el dueño de casa y su mujer. Me dijeron que ahora me traían a las niñas para que eligiera, y me trajo a dos niñas. No lo podía creer. Aparentemente una tendría unos 8 o 9 años, y la otra unos 10, nada más. Elegí la que parecía más grandecita y tras pagar el precio acordado, muy bajo tratándose de que eran unas nenas, ingresé con la niña a otra habitación donde había una cama, una silla, un ropero y una palangana con agua sobre la silla. Luego de observar que la ventana de la habitación estaba ...
    ... bien cerrada, me dediqué a observar a la niña. Le hice señas de que se acercara, me senté en la cama, ella vacilando se acercó, la tomé de una de sus manos y la acerqué más hacia mí. Le dije que no tuviera miedo, que si no quería hacer nada estaba todo bien, que yo no la iba a obligar a nada. Ella permanecía con su vista baja mirando al suelo. Vestía un vestido muy viejito y tan gastado, que en varias partes ya se había roto. No era muy linda, ya que el estigma de la pobreza y su origen se reflejaban en sus rasgos. Hice que se sentara sobre mis rodillas y le acaricié su rostro, luego su cuello. Le pregunté si sabía besar, y solo se encogió de hombros. Comencé a besarla. Primero lenta y suavemente, luego a medida que sentía el sabor de su boca, de su saliva de nena, iba presionando más fuerte mis labios sobre los de ella. Con mi lengua entreabrí sus labios e ingresé con mi lengua a su cavidad bucal. Mi lengua comenzó a acariciar la suya y a recorrer el interior de su boca. Dejé de besarla y le dije que ella hiciera lo mismo conmigo, que con su lengua acaricie mi boca, mis labios y mi lengua. Que hiciera lo mismo que le hacía yo. Al principio fue torpe, pero copiaba lo que yo le hacía. Esto me fue encendiendo y comencé a acariciar su menudo y escuálido cuerpecito. Soy un hombre que mide casi 2 mts. , 1.98, para ser exactos, y cada una de mis manos está acorde con el tamaño de mi cuerpo. Cuando intenté meter mi mano entres sus muslos cerró fuertemente sus flacas piernas y no me ...
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