La acampada, mas deseada - Relatos Eróticos

La acampada, mas deseada

... levante y nos adentramos en el agua, mientras mi mano izquierda le quito sus bragas, lanzandolas hacia las piedras, adentrandonos en el charco.

Cuando el agua habia cubierto hasta el cuello, luna reacciono, dijo mi nombre suavemente, ya haviamos llegado a donde haciamos pie, ella tenia las manos entrelazadas en su pecho, se acerco ami, se puso de puntillas y me beso dulcemente, diciendome: "gracias, por ser distinto". No me di cuenta, pero, ya no tenia calzoncillos, me los habia quitado, su mano envolvia mi pene erecto, le aparte la mano aunque, prosteto. Ella se sorprendio, cuando con mis dos manos la alse y seque medio cuerpo del agua, y le dije: "relajate, dejate llevar por el agua", la deje caer suavemente en el agua, quedandose flotando en el agua, acaricie sus senos, le dije: "dejame ser el primero, almenos en esto", con mis brazos la aguantaba para que no se sintiera mal, ni se hundiera. Acerque mi cabeza a sus muslos, los bese, le bese en su parte intima y ella empezo a jadear. La lleve a la orilla donde estaba mi toalla, la acoste en ella, segui con su parte ...

... intima, asegurandome de dejar bastante saliva, metiendo mi lengua, hasta que empezo a jadear y mire su rostro enrogesido mirando hacia mi. Le di la vuelta sentandole encima mia, con mis manos en su cintura la levante, con mi mano izquierda puse mi pene erecto y caliente apuntando hacia su parte intima. La empeze a dejar caer suavemente, sentia como mi pene se fundia con su cuerpo, un calor abrazador, acogedor me envolvio, ella empezo a moverse instintivamente arriva y abajo, nuestros alientos fusionados, latidos, pasion y entonces, paramos la baje asta que estuviera acostada al lado mio frente a frente, la bese y dije: "tu primer climax, sera conmigo". La bese, me puse arriba de ella y empeze a dar golpes profundos, humedos y apasionados. Mi ultimo empujon, me vine sin conseguir que ella lo hiciera me disculpe, me dijo que no pasava nada estubimos un rato juntos observando la luna, nos vestimos y nos fuimos a dormir a la tienda de campaña. Antes de dormir, nos acostamos abrazados, le dije antes de caer en un profundo sueño: "te amo, eres mi vida, mi gatita", y ella llego a su climax.