Mi tío, mi tía y yo, en la misma cama
Fecha: 16/07/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: brandonloredo, Fuente: CuentoRelatos
... dolor y la puse de cucharita.
-¡estás loco! me indico con su dedo índice dando vueltas.
En esa posición no estaba en condiciones de manotear o protestar como a veces lo hacía, cuando le entraba el remordimiento, así que tenía que aguantar la verga.
Y se la metí toda de un golpe, ella se mordió los labios para no gritar, y luego lentamente se la metía y se la sacaba hasta el borde del grande, ella intentaba forcejear.
Ahora yo le tape la boca con una mano, mientras que con la otra acariciaba sus meloncitos duros y sus pezones deliciosos, ella se estaba calentando ya.
La situación extremadamente peligrosa, la excitación al máximo, y ella lo comprendió al fin y cedió a mis pretensiones, y coopero para completar la faena.
Mi verga entraba y salía a un ritmo acompasado, ella se movía de adelante hacia atrás empujando su culito, para que entrara hasta el último milímetro de mi hinchada verga.
Mi tío seguía con su concierto de ronquidos y a veces pensé que se ahogaría, pero no, así dormía él.
Esta situación tan extrema en la que estábamos, nos generaba una adrenalina muy intensa, estábamos poniéndole los cuernos al tío en su propias barbas, en su propia cama, y por supuesto con su mujer.
Yo sentí como Rosa se tensaba y se corría una y otra vez, conteniendo los gemidos, y aferrándose a las sabanas de su cama.
Yo también solté un chorro de leche en su puchita y un suspiro salió de mi garganta, y nos quedamos así, sin hacer el menor ruido. Había ...
... sido emocionante.
Ella me apuro a que me fuera, y me dio un beso tierno, -¡vete, yaaa! susurro, yo le dije; - adiós hermosa nos vemos luego.
Y me fui como llegue sigilosamente como un ladrón, ella se quedó dormida junto al cornudito de mi tío, satisfecha y feliz.
Al otro día fue a mi casa y me dijo:
-¿dice tu tío que si puedes ir a cortarle el cabello?
-Si dile que ahí voy ahorita, nada más preparo las cosas.
Y pensé, pobrecito si supiera, pero bueno hay que despistar al enemigo, y fui a su casa a cortarle el pelo.
Se sentó en la silla reclinable, y empecé a prepararlo para empezar el trabajo, no soy peluquero, aclarando, solo que se me enseñe a cortar.
Mi tío charlaba alegremente conmigo, preguntando como me iba en el trabajo, y yo muy disimuladamente buscaba a Rosa, que no se había presentado por ahí.
-Permíteme traer una poco de agua de la cocina, tío.
Y fui a la cocina con la intención de encontrar a Rosa, y en efecto ahí estaba haciendo algo en el regadero, vestía su faldita corta de holanes, su culito paradito, y sus piernas tersas y firmes, así la mire yo desde atrás.
Llegue sigilosamente y la abrace por la cintura, ella forcejeo, y me dijo; -¡Quítate!, ¿no ves que ahí está El?
-no pasa nada tía, está ocupado, déjame darte un beso, y ella cedió y me presto sus labios rojos y carnosos.
Un rico beso, mientras que mis manos bajaban a su cuevita y le di unas palmaditas, ella se excito y me agarro el paquete muy fuerte.
-¡Quieto ...