1. Afortunado Reencuentro (II)


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... con deseo, con mucho afán y una increíble apetencia.
    
    Y así estuvimos durante un breve rato pero que se nos hizo eterno. Las dos disfrutando de lo lindo. Gozando como locas hasta que nos corrimos, como por una magia increíble, nos corrimos las dos a la vez, y como decía Alberto, las mujeres también se corren. Noté como salía mayor cantidad de jugo de su coño, mientras se corría entre gritos, entre sacudidas, y yo corriéndome también, engullendo todo su jugo, disfrutando con cada trago que cruzaba mi boca y que sentía caer por mi garganta.
    
    Como es lógico, después de un buen polvo, viene un buen sueñecito. Me desperté a las cuatro de la tarde, sola, sin nadie más junto a mí. Recordé con una sonrisa en los labios lo que había ocurrido hacía pocas horas, y tomé la determinación de que ese iba a ser mi secreto por ahora, que no se lo iba a contar a Alberto.
    
    Todas tenemos un secreto igual o muy parecido.¿ O no ? Pero tal misterio no es tan secreto, pues los novios o maridos, o la mayoría lo saben que ha ocurrido algo así, o se lo imaginan, pero nosotras por pudor, vergüenza o desconfianza, nunca se lo hemos contado.
    
    Me duché, me arreglé un poco, y bajé a almorzar algo. Si me cruzaba con la morena, no sabría que hacer, por lo menos le sonreiría. Pero un presentimiento pasó por mi cabeza, que ya no volvería a verla en los cuatro días que me quedaban por pasar allí a esa maravilla del sexo. A ese fenómeno del placer y portento del goce.
    
    Capítulo XII
    
    El resto de los ...
    ... días, transcurrieron normales, echando un polvo aquí a allá con Alberto. En la cama, en el baño, en la terraza, incluso en la playa una noche de luna llena, y un día que pedimos por una mañana completa el servicio de yakuzi, echamos un magnífico polvo entre agua caliente, sales de baño aromáticas y burbujas.
    
    Pero llegó el último día, el sábado. El domingo por la mañana volvíamos a casa. Volvíamos a la rutina del hogar sin haber realizado nada fuera de lo normal en el ámbito sexual, (me refiero a nada, pues lo de mi trato con la sirvienta, nunca se sabría), no habíamos hecho lo que tanto deseaba, dos tíos para mí sola y a la vez.
    
    - Esta tarde, a las ocho, quiero que estés bien guapa, y arreglada para cuando yo llegue, quiero me esperes caliente, muy caliente y preparada para todo - dijo Alberto en el almuerzo.
    
    Y así lo hice, me di un buen baño, me marqué los límites de mi coño con la depiladora eléctrica, me perfumé con la mejor fragancia y esperé. Esperé acostada en la cama viendo la televisión. Hice una pasada rápida por todos los canales del aparato, hasta llegar a pararme en el canal X del hotel, el de todo el día sexo. En ese me detuve, atraída por una influencia especial, por algo que me tiraba desde dentro.
    
    En la cadena, lo que echaban, eran pequeñas películas de unos diez minutos de duración, y todas ellas de muy variados temas. Igual salía una pareja normal, que salía dos hombre o dos mujeres o grupos entremezclados. A mí lo que más me ponía caliente era ver ...
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