1. Afortunado Reencuentro (II)


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... siempre me ha encantado medir el tamaño de la polla de los tíos, y si no, primero hacer un calculo estimado.
    
    - Déjate sólo la palomita- le pedí.
    
    Y se la puso de nuevo mientras sonreía a Alberto.
    
    Alberto me puso a cuatro patas y me metió su conocido miembro en mi coño ardiente. Jesús, sin dejar de mirarme a los ojos, me la metió en la boca. Nunca había sentido nada así. Me la estaban metiendo por la boca y por el coño a la vez. Era la ilusión de mi vida hecha realidad. Antes follando con Alberto, me había metido los dedos en la boca mientras me follaba, pero no tenía ni comparación con esto. Nunca pensé en follar con dos tíos a la vez, y aún más siendo uno de ellos mi marido.
    
    Cambiamos de postura rápidamente, me imagino, porque ninguno de nosotros queríamos corrernos muy pronto. Aquello tenía que durar. Acosté a Alberto en la cama boca arriba en la cama y empecé a chupársela. De pronto Alberto empezó a hacer unos movimientos extraños con el cuerpo, y cuando levanté la vista, maravillé al ver que se la estaba chupando a Jesús. Mi marido le estaba comiendo la polla a un antiguo amigo ante mí, y lo mejor era que ambos estaban disfrutando, porque soltaban gemidos en un tono elevado, audible para todo el hotel. Jesús, se hacía una paja en la boca de Alberto y con la otra le cogía la cabeza por el pelo para empujársela hacia él.
    
    Jesús me separó de Alberto, le dio la vuelta y lo puso boca abajo.- Chúpale aquí - me dijo señalándome la entrepierna, la parte más ...
    ... baja.
    
    Yo accedí rápidamente, y Alberto empezó a disfrutar ante la atenta mirada de Jesús. Entonces me retiró, se agachó lentamente sobre él, y ante mi fija mirada, empezó a pasarle la brillante punta de su polla por el agujero del culo. Tenía la punta mojada por el lubricante que echan los hombres cuando están muy calientes.
    
    Alberto, al sentir el paso de la punta por su trasero, soltó un gemido de placer.
    
    - Ábrelo para que lo veas mejor - dijo Jesús.
    
    Yo le abrí el culo a mi esposo, mientras veía deslizarse la puntita de Jesús por toda la raja trasera. En uno de las pasadas por el agujero, se detuvo, me miró con una sonrisa en los labios, y apretó un poco hacia dentro. La punta entró con mucha facilidad, me pareció increíble, y de la boca de Alberto solo salió un dulce gemido., al parecer no le había dolido como yo me imaginaba.
    
    Pero ahí no se detuvo Jesús, porque empezó a apretar hacia dentro, a metérsela entera. Apenas habían entrado cinco milíme tros más a partir del capullo, Alberto soltó un pequeño grito, claramente de dolor, estaba claro que ahí era donde empezaba a doler.
    
    Jesús, al contrario de echarse atrás, pareció gustarle el débil grito de Alberto, pues en sus ojos se dislumbró claramente el deseo. Lentamente continuó penetrándolo. Yo veía como se abría el orificio al paso de la medida de la polla. Alberto se mordía sus labios por el dolor mientras echaba los brazos hacia atrás hasta tomar contacto con el cuerpo de Jesús y clavar sus cortas y limpias uñas ...
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