1. Un escarmiento para mi mujercita


    Fecha: 19/07/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... inmóvil.La tortura duró varios minutos, durante los cuales Ana solamente pareció mostrar desagrado por la situación, aunque en algunos momentos sus quejidos se convirtieron en suaves gemidos. Repentinamente el hombre se tensó mientras aullaba de placer y supe entonces que había descargado su semen dentro de la suave y delicada vagina de mi esposa.Todavía faltaba el segundo. Los dos hijos de puta rieron entre ellos e intercambiaron posiciones.El hombre se ubicó frente a mi ya entregada esposa y se bajó los pantalones, pero estando de espaldas no pude ver el tamaño de lo que iba a recibir Anita; aunque juzgando su corpulencia, supuse que sería algo bastante grande también.De repente tomó a mi delicada mujercita por los tobillos y la hizo girar sobre el capot, ubicándola boca abajo. Me imaginé que venía lo peor. Le susurró al oído, aunque yo pude escucharlo:“Seguro que ese cornudo nunca te rompió este lindo culo…”Ana comenzó a llorar y a patalear, tratando de zafar del abrazo de su primer atacante, que la sostenía boca abajo, mientras le pasaba la lengua por la cara y el cuello.La situación me estaba produciendo una intensa calentura, a pesar de notar que mi delicada mujercita estaba sufriendo mientras estos dos brutos la maltrataban tan salvajemente.Sentía que mi verga estaba a punto de estallar, cuando el tercer hombre que me mantenía maniatado y de rodillas en el suelo, se dio cuenta de ello. Sonriendo sacó mi verga erecta y luego se inclinó para chupármela.Nunca antes otro ...
    ... hombre me había practicado sexo oral; pero me sentía en la gloria, sintiendo su lengua recorrer el largo de mi pija.Cerré los ojos y traté de pensar que no me lo estaba haciendo un hombre, hasta que no pude aguantar y terminé explotando dentro de su boca. El tipo se tragó todo mi semen y me dejó tranquilo, justo para ver que el segundo atacante comenzaba a sodomizar a mi esposa.Sus gritos de dolor fueron desgarradores, ya que ese bruto se la metió de una sola vez hasta el fondo, sin siquiera haber tratado de dilatarla un poco antes de penetrarla.Así la sometió a ese castigo durante un buen rato, mientras mi esposa lloraba y aullaba de dolor, pero el bruto siguió bombeándole el culo con más violencia; sin importarle nada sus desgarradores gemidos.Finalmente le acabó adentro y se retiró muy despacio, refregándole su todavía endurecida verga entre los inflamados labios vaginales, dejando a Ana abatida; como si fuera una muñeca rota.Repentinamente los tres desconocidos desaparecieron y entonces pude ponerme de pie, para acercarme a Ana.Su delicado cuerpo estaba todo magullado, tenía marcas de rasguños en las caderas, sus redondeadas nalgas sucias de semen y sus dos orificios dilatados y muy enrojecidos.La habían dejado destrozada. Mientras trataba de consolarla, sentí que me tomaban de las muñecas y me liberaban de ese precinto.Era Eduardo, siempre sonriente y con una filmadora en la mano. Había grabado todo lo sucedido, para su colección; me explicó.Se acercó a Anita, que seguía ...