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El villerito 5: el fin de semana
Fecha: 19/07/2019, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... culo ese domingo. Gonzalo era tremendamente lechero y enfermizamente insaciable. En uno de los descansos, discretamente le pregunté por él. Se puso serio, solamente me enteré que sus padre vivían en San Isidro y que no tenía hermanos. El último polvo se lo pedí en la boca, me cogió media hora y después se la empecé a mamar y pajear, su leche me pareció dulce, cremosa, deliciosa, suave, no tenía el sabor acre y amargo de la de Elías. Dormimos abrazados. El lunes, pasadas las 11 me despertó María Teresa. Era una vieja cincuentona, seria, de unforme oscuro. Yo, en bolas, la cama con olor a garcha, me moría de vergüenza, me tapé hasta el cuello. Vístase joven, el señor Gonzalo salió a trabajar, regresa a la 1 de la tarde y lo quiere ver. Ya tiene el desayuno servido. Me bañé, desayuné y me quedé en la cama, mirando tele, qué otra cosa podía hacer? Me sentía raro, mi cuerpo oscuro de villerito, chiquito en esa cama inmensa, flaco por la mishiadura de la calle, de manos estropeadas por el detergente y el frío, desnudo entre las blanquisimas sábanas de la cama de una gran mansión, esperando a un Señor que me había cogido mejor que nadie y que me había propuesto un negocio que no entendía qué era pero que había aceptado. Si éste era mi comienzo como traba, venía bien. Gonzalo llegó a la una en punto. Entró y comenzó a abrazarme y comerme a besos, a mi no me faltaban ganas, así que casi le arranqué la ropa, me acomodó boca abajo en el borde de la cama y me la mandó a guardar sin ...
... miramientos, dolió hasta las lágrimas, pero me entró casi de una, con la fuerza del bombeo la cama quedó apoyada en el placcard y mis nalgas coloradas como si me hubiera pegado, pero mi culo estaba feliz y mi macho se descargó en mi como nunca. Me quedé sin cambiar de posición, mi pecho sobre la cama, mi culito en el borde, mis piernas en el piso. Se sentía tan rico el calorcito de la leche en mi vientre que quería que no terminara nunca. Gonzalo se sentó a mi lado y me comenzó a acariciar las nalgas. A veces su dedos bajaban y buscaban mi esfinter, mojado, abiertísimo y se hundían en mi canalito enrojecido. Apoyé mis codos para verlo. -Viste cómo me lo dejaste?- Gonzalo me regaló su mejor sonrisa de macho orgulloso de su pija. -Lo tenés demasiado bueno- Le devolví mi mejor sonrisa de puto orgulloso de su culo. Su pija estaba bastante dura aún y mi culo re-abierto. Me paré, me puse entre sus piernas, le agarré la pija y me la llevé al orto, me fui sentando y me la fui clavando. Cuando me senté sobre su pubis, apoyé mi espalda contra su pecho y busqué su boca. -Me gustás tanto!-, me salió de adentro, nunca había sido activo con mi culo, siempre me había dejado, había sido el juguete de Elías, el sumiso, pero Gonzalo me estaba haciendo descubrir nuevas sensaciones, que me enloquecían, que despertaban mi audacia para pedir más pija. Gonzalo me giró, me cargó y me cogió caminando por todo el cuarto, luego apoyó mi espalda en la cama y me levantó las piernas. Me la estaba clavando ...