1. Mi primera experiencia - Parte 8


    Fecha: 19/07/2019, Categorías: Confesiones Autor: hilda, Fuente: CuentoRelatos

    Continúo con esta que la última parte del relato.
    
    En ese show del sexo total y sumida en mis pensamientos, trataba de identificar en las penumbras, las sombras que se movían en distintas poses o incluso de pie o bailando. Entre esas sombras reconocí nuevamente la figura esbelta de mi sirviente moreno que pasivamente caminaba entre los invitados sirviendo alguna copa. Lo seguía con la mirada recordando el impacto que me había causado la primera vez que lo ví, con su cuerpo extraordinario y de nuevo volví a experimentar esa atracción. Mi mente tenía vivo el recuerdo del momento en que disfruté su magnífico miembro. Haber tenido en mi boca ese fantástico pene y recibir su abundante semen era algo que seguramente jamás volvería a experimentar. También recordé el episodio del moreno con la joven modelo, realmente fue algo brutal ver como la penetraba por la cola. Como la joven gritaba su dolor y a la vez rogaba por más pidiéndole al esclavo que le destrozara el orto, fue una demostración total del fervor masoquista de una mujer caliente. Luego el show del Esclavo con mi amiga Mabel, de quien verdaderamente sentía una envidia enorme pensando que se había deleitado con tan fabuloso trofeo.
    
    De pronto vi que el moreno dejó la bandeja y se acercó a la Pantera que estaba cerca de él y luego de hablar un breve momento con ella, los dos se vinieron hacia donde estaba yo con mi esposo. El moreno se detuvo frente a mí con dos copas de fresco champagne y extendiendo su robusto brazo ...
    ... me ofreció una. Yo mirando a mi esposo se la acepté y luego de rozarla con la suya en un brindis sutil, que yo entendí como saludo de despedida, volví a quedar estática observando el cuerpo perfecto del esclavo que se recortaba sobrio en cada curva de su abundante musculatura. Me sentía tan atraída por tan hermoso ejemplar de la raza negra, que no podía desviarme de su mirada, sin notar que la Pantera se había sentado junto a mi esposo a charlar con él. El moreno sin dejar de mirarme a los ojos me tomó de la mano y lentamente me hizo poner de pie frente a él. Yo me acerqué atraída por su extraño magnetismo, para retribuirle el gesto con una muestra de simpatía, volteándome para transmitirle a mi esposo que sólo de eso se trataba. Lo ví muy entretenido con la Pantera y me volví enfrentando al moreno. En ese momento solo deseaba observarlo una vez más en mi apacible estado de satisfacción alcanzada. Me paré frente a él, dejando que me tomara las manos y volví a admirar su grandiosa figura. De nuevo pude apreciar tan cerca esa abundante musculatura envuelta en la brillante piel obscura. Al levantar la cabeza para despedirlo con un beso en la mejilla, me encontré con sus ojos claros que se enclavaron en los míos penetrantes y su mirada delataba el deseo de poseerme. Bajé la mirada lentamente observando como sus pectorales se hinchaban al respirar, su fibroso abdomen se mantenía duro y allí, algo más abajo a la altura de mi vientre, el prominente bulto bajo su blanco calzón. Mi ...
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