1. LA PROFESORA


    Fecha: 30/08/2017, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    LA PROFESORA
    
    Me preparaba para rendir los exámenes de ingreso al Colegio en que mis padres habían planificado estudiara mi bachillerato, razón por la cual estaba quedándome en la escuela con una profesora que habían contratado para tal finalidad.
    
    Rocío la profesora era una mujer de pequeña estatura, usaba lentes y vestía bastante mal, particular que determinaba se la pueda considerar como una mujer fea, aparte de lo anteriormente expuesto, Rocío era una persona muy inteligente, preparada y poseedora de un carácter y personalidad a toda prueba, que al menos en mí despertaba cierta simpatía y respeto.
    
    Cuatro días antes de que me tocara rendir las pruebas de admisión en el Colegio, Rocío en conjunción con mis padres, habían decido que debería tomar 3 horas diarias de clases suplementarias y que las tomaría en casa de la Profesora, lógicamente después de mi horario regular de clases, razón por la cual me encontraba sentado en una incómoda silla que se encontraba a la entrada del pequeño cuarto, en el que vivía Rocío.
    
    Pasadas dos horas de clases y luego de que la Profesora me dejara una tarea por realizar en la próxima hora, pude observar que Rocío se dirigía hasta un lugar en que había una cortina plástica, según supe después a tomar una ducha mientras yo me encontraba ocupado en mi trabajo escolar. Por alguna razón levante mi mirada y la dirigí hacia el lugar en que había visto entrar a Rocío y cual no sería mi sorpresa al apreciar su imagen completamente desnuda ...
    ... bañándose, la misma que se apreciaba a través de un espejo colocado en la pared. Lo que pude observar, era sencillamente maravilloso ya que Rocío en su desnudez no era la mujer que aparentaba, tenía un par de senos pequeños pero muy bien proporcionados, un ombligo muy terso, las piernas y nalgas mas hermosas y robustas que yo había visto hasta ese instante.
    
    De inmediato dejé de hacer mi tarea y seguí contemplando a Rocío a mis anchas, sin que esta se diera cuenta del particular, hasta el instante en que aprecié que terminaba de ducharse, procedía a secar su cuerpo y ha colocarse una salida de baño con la que cubría su desnudez. En cuanto Rocío salió del baño, pudo darse cuenta de mi situación embarazosa y la causa de la misma, porque se dirigió decididamente hasta el lugar en que se encontraba el espejo y lo volteó con firmeza, para luego dirigirse hasta una mesita en la cual sirvió dos tazas de café, una de las cuales extendió hacia mi persona, mientras decía:
    
    .- No te parece poco delicado que un muchacho como tú, se dedique a fisgonear a las personas, por lo que veo te encuentras mal, pero eso te pasa para que no seas abusivo la próxima vez.
    
    Seguidamente se colocó parada detrás de mi espalda, con el objeto de observar los progresos que yo hacía en mi tarea escolar; se podía apreciar su respirar acompasado y un aroma corporal a limpio que emanaba de ella, hasta el punto de que ya no pude concentrarme, lo cual nuevamente fue advertido por Rocío, quién intencionalmente ...
«123»