1. Virgo y la tentación.


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... vez, y se metió la prenda en la bragueta, se cerró el pantalón y se escondió tras una fila de lavadoras. "Mierda…" pensó "me… me gusta demasiado el tacto de esta tela sobre mi…". Pero las sorpresas no se habían acabado. La chica que bajaba por las escaleras canturreando y que entró en la lavandería, era una joven de generosas formas y cintura estrecha, caderas redondeadas y largos y espesos cabellos negros, con reflejos rojizos y blancos. Era Coral.
    
    Virgo tuvo ganas de golpearse la cabeza contra la plancha de la lavadora que tenía frente a sí. "Por favor, por favor, que se marche pronto", suplicó. La joven, vestida con un vaquero que dejaba casi al descubierto la curva de las caderas y un top de tirantes con un escote redondo decididamente exagerado, pareció buscar algo por la lavandería y finalmente cogió un paquetito monodosis de sal de limpiar tuberías. Se volvió para marcharse, y Virgo estuvo a punto de respirar tranquilo, pero entonces, ella se volvió. Olfateó. Y sonrió.
    
    -Eh, lavabragas, sal de ahí. – "No lo dice en serio… en realidad no sabe si hay alguien…" se dijo Virgo, intentando no pensar que Coral, sin poder verle, le estaba mirando directamente a los ojos – Sé que estás ahí… ¿quieres que vaya a buscarte? – la joven se contoneó un paso hacia él, y Virgo levantó las manos como si ella le hubiera enseñado un arma y se levantó lentamente. No se atrevió a mirarla a la cara. Oyó cómo ella se reía - ¿Qué hacías ahí, lavabragas? Te escondías como un conejito ...
    ... asustado… ¿algo malo que estabas haciendo, quizá?
    
    -Eeeeh… estaba… cre-creo que una de las lavadoras tenía un atas… tas…tas-tas-tas.. - por regla general era un poco tartamudo, pero cuando se ponía nervioso, directamente se encallaba. Tomó aire e intentó vencer al ridículo – atasco. – logró decir. – Estaba… intentando desatascar… la tub-tubería.
    
    -Ya. Claro. – Coral le miraba, divertida. Cuando sonreía por un lado de la boca, como ahora, dejaba ver uno de sus colmillos, afilado y algo más largo de lo normal. A Virgo le gustaba mucho, le daba tanta pinta de mala… pero ahora mismo, no estaba para pensar en eso, sólo deseaba que ella se marchase cuanto antes – Ya que estás aquí, aprovecho para pedirte que, para mañana, pongas en mi ropa ese perfume de lavanda que sólo usas conmigo. El almizcle también me gusta, pero la lavanda me gusta mucho más. – Se dio la vuelta para marcharse, pero de nuevo Virgo se quedó con las ganas de tomar aire. – Oh, esa tubería atascada… a lo mejor, se desatasca con esto.
    
    Coral se levantó el top sin ningún reparo y se apretó los pechos, redondos, medianos tirando a grandes, y de pezones rosados en la piel blanca. Virgo desencajó los ojos, su corazón pareció explotar y sintió un latigazo de placer tan poderoso que se dobló por la cintura, gimiendo un quejido, mientras notó que empapaba la ropa interior hasta el vaquero… y sin ni siquiera tocarse, sólo mirando aquéllas hermosas tetas bamboleantes. Coral se rió y se tapó de nuevo.
    
    -Sí, creo que ya ...
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