Laura1985 Extraño fin de semana en Roma - Relatos Eróticos

Laura1985 Extraño fin de semana en Roma

... sintiéndome realmente protejida tan solo agarrando la mano de aquel chico, que extraña sensación,pero a su misma vez sentía que me gustaba sentirla.

- tranquila Laura, no te preocupes, no pasa nada.-, aquella seguridad en el habla, aquella tranquilidad que desprendía al hablar, me hacia sentirme por instantes mas relajada hasta el momento que realmente me senti, en completa tranquilidad, ya volabamos en plano y los sonidos habían desaparecido, dejando una sensación de completa normalidad, Enric no me.soltaba la mano, ni yo a el, me miraba y sonreia porque sabia que no me gustaba que hubiese visto un ápice de debilidad en mi, pero aquella impresionante sonrisa, en lugar de enojarme, me dejo fascinada y no podía dejar de mirarlo, que me estaba pasando?...el me miraba de aquel modo tan tierno que días atrás lo hacia en el trabajo, pero en aquel momento era como si en.el interior de aquel.avion solo estuviésemos.el y yo, sentía algo, algo que no sabia.porque me encantaba y a la vez me daba miedo, yo siempre había sido salvaje y notaba algo que me podía hacer perder aquella libertad, aquel chico me gustaba, me gustaba de un modo completamente inusual en mi, pero yo no quería cambiar mi modo de ser, y sabia que el podía llegar a hacer que eso sucediera.

De repente Enric acerco su rostro al Mio, quedandose a tan solo unos centimetros, mis labios esperaban.el minimo movimiento para entablar una disputa con los suyos pero el no daba ningún síntoma de hacerlo, su otra mano se ...

... acerco a mi mejilla acariciandome y aquella desmesurada ternura en la mirada hacia que por completo deseara diese aquel paso, cerre los ojos y senti como sus labios se fundian en los míos, y su lengua en un instante buscaba la mia enlazándose en una lucha salvaje que realmente hacia que empezara a perder el norte, mis pezones se endurecían por momentos queriendo atravesar el tejido de mi vestido, mi cuerpo deseaba contornearse allí mismo con la suerte que el cinturón no me dejaba.que eso sucediera,Enric al ver mi estado de excesiva excitación, se separo de mi, sin quitar su mano de mi rostro, diciéndome...

- tranquila preciosa, ya tendremos tiempo de todo, disfrutemos de este fin de semana tranquilamente.-, tranquilamente!, pensaba yo, como.que tranquilamente, si que es cierto que tal vez yo soy demasiado ardiente y no era ni el.lugar ni el momento, aunque a mi nunca me.importo mucho eso.

Eran las once de la mañana, habíamos.tomado tierra y estaba pisando suelo italiano, todo desprendía un aire romántico, tal vez ya la predisposición a sentirlo, hasta el aroma de aquel lugar me lo parecía, yo miraba a Enric y lo notaba con la misma ternura y cariño que el lo hacia conmigo, aquello estaba despertando en mi algo nuevo, algo que me encantaba, cogimos nuestras maletas y en un taxi llegamos a nuestro hotel, era un majestuoso hotel situado en una de las mas importantes calles de la ciudad la vía bennetto, repleta de tiendas donde todas las mejores marcas se encontraban, subimos ...