My joven vecino pte.1
Fecha: 01/08/2019,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... la otra tenderle la mano. Él me dio la mano y me saludó despacio al principio y después afanosamente de arriba abajo. Mire que volvía a verme los pechos y entonces me di cuenta. Tus senos están botando estúpida, por eso te sacude así. Así que le solté la mano bruscamente y seguí hablando.
-¿se encuentra en casa tu mamá?
Le dije mientras en un acto de pudor intentaba con una mano subirme el escote, pero la gravedad y la falta de sostén hacían inútil el trabajo y volvía a bajarse quizá más que antes. Él me miraba alternando entre los ojos y los pechos y empezó a hablar entre balbuceos
-nnn, nnn, nnn-o, no se encuentra, Sa, sa, salió de compras.-
– oh! Lástima. les traje este pastel, es un regalo de parte mío y de mi marido para darles la bienvenida. Espero poder conocer a tu mamá en otra ocasión.-
-gra, gra, gracias.-
Soltó mientras miraba mis senos fijamente. Cuando notó de reojo que fruncí el ceño algo molesta, volvió a mirarme los ojos algo avergonzado y con la cara roja.
-¿y bien? ¿No vas a tomar el pastel?-
Le reclamé después de como 5 segundos donde solo estaba viéndome.
-si pe, pe, perdón. Gracias!-
Tomó el pastel y me sonrió
-de nada-
Le dije en tono molesta. Di la media vuelta y me fui sin más por el camino de entrada. Que mocoso tan desagradable me parecía aquel chico, de seguro jamás tendrá novia, me dije. Seguí avanzando y al llegar a la acera volteé a la puerta y ahí estaba aún el chico ese. Estaba mirándome fijamente el ...
... trasero. Con una mano sostenía el pastel y con la otra, me pareció ver, antes de que el marco de la puerta me tapara la vista, que estaba frotándose entre las piernas donde en su pantalón, se empezaba a notar algo abultado. ¡Ja!, que chiquillo tan insolente, me dije, y apreté el paso. Cuando cerré la puerta de mi casa tras de mí, pensaba que muy a pesar de quien fuera, el hecho mismo en su más pura esencia de ser deseada por otro, no era tan desagradable.
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Mi juego
Quizá una de las coincidencias mas fatídicas en este caso, fuera la que representó que en este tiempo, mi marido tuvo más viajes de negocios que nunca. Y las pocas veces que estaba en casa, estaba cansado. Jamás y aun ahora lo pienso así, he llegado a pensar que me era infiel, pero lo cierto es que antes nunca dejaba pasar una oportunidad para hacerme el amor, y ahora o estaba cansado o simplemente no estaba.
No busco con esto poner una excusa, pero pasar tanto tiempo sola hacia necesario sentirme una mujer atractiva. Mi marido sabía que no tenía familia ni amigas, y que comida y todo lo que necesitaba era llevado a la casa por una asistente de él. Por eso no podía salir casi nunca de la casa, porque aunque mi esposo no fuera un hombre celoso, sería sospechoso que su asistente que venia seguido sin avisar, le dijera que varias veces no me halló en casa. Además de que él podía rastrear mi teléfono celular y saber dónde me encontraba cuando él lo deseara. A así que hice de mi único admirador a mi ...