El Iman
Fecha: 03/08/2019,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Después de los últimos acontecimientos, lo de vivir con Roger no duró mucho. Nos seguimos viendo (y enrollando) pero como antes: despachos, probadores de tiendas, miradores etc....
Los inquilinos de mi casa de Miami Playa, dejaron el chalet a finales de Abril, así que decidí volver a los inicios. Es una zona tranquila, con menos vicio alrededor, y por lo tanto, me ayuda a centrarme en mi trabajo, que falta me hace. Solo voy a mi despacho cuando me tengo que reunir con alguien, e incluso he montado una pequeña habitación en lo que era el despacho de Mireia, por si alguna vez me tengo que quedar a dormir, que uno se
Estos cambios, también me han afectado fisicamente. Soy un hombre de más de metro ochenta, y pesaba unos 85 kilos. Pues durante los primeros meses, me quedé en 71, y a base de tonifiación en el gym y cuidar muuucho la alimentación, me he puesto en 77, con un físico de puta madre, dados mis 42 años de edad. Me he echo una depilación integral (la verdad, el dinero mejor gastado del mundo), y cuando estoy en pelotas, estoy re bueno.
Cerca de mi casa, hay una playa nudista (el Torn), y el parquing (el bosque que hay al lado), es una concurrida zona de cruising (recordaréis una expe con Susana y unos tios en ese bosque).
Pues bien, un domingo por la mañana, que estaba super aburrido, decidí irme al Torn a leer. Hacía fresco, pero al sol se estaba bien. En la playa había unas diez personas.
Estuve leyendo tranquilamente durante un buen rato, en camiseta y ...
... pantalón corto, cuando una pareja de Belgas (dos hombres de algo más de 45 años) se sentaron delante mio, a unos 5 metros míos.
-manda cojones-me dije-tres kilometros de playa, y se me sientan en los morros.
Como no me levantaba el más mínimo interés seguí leyendo mi intrigante novela.
Pasados unos minutos levanté la cabeza, y observé: uno de los chicos estaba completamente tumbado boca arriba, y el otro, de lado, recostado sobre su brazo izquierdo, y con su mano derecha dentro del pantalón. Susurraban al principio, y al final los escuchaba decirse guarradas en francés.
-quieres que busquemos una zorrita?-le decía el que estaba de lado al otro mientras no dejaba de masturbarlo.
-si cariño, busquemos una zorrita para follárnosla los dos-le decía el otro entre jadeos.
El chico acabo de hacerle la paja, sin preocuparse si alguien los miraba (yo incluso había cerrado el libro).
Abrí mi bolso, y saqué un boli. Como no llevaba papel, arranque una página (sacrilegio) del libro, de las del principio, las que no pone nada, y escribí: “yo seré vuestra zorrita” junto con mi número de teléfono.
Me levanté, mientras ellos dos, simplemente se miraban a los ojos, me acerqué a ellos, y les di la nota. El chico que estaba boca arriba flipó, mientras el que estaba de lado, me sonrió. El si se había percatado de que tenían un mirón.
Alargó la mano, que debía tener restos de semen, y sin ver que hacía con ella, me di la vuelta y me fui a mi casa.
Por la tarde, a eso ...