Las desventura de Elena (3)
Fecha: 05/08/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
-Julia, ¿por qué?... ¡¿por qué me hiciste esto?! –exclamó la pobre sintiendo que un sollozo le impedía seguir hablando.
La recién llegada avanzó mientras la envolvía en una mirada caliente. Le hizo una seña para que se corriera hacia la pared y se sentó en el borde del camastro.
-No puedo creerlo, Julia... No puedo creer que me hayas jugado tan sucio... Éramos amigas, te conté mis fantasías y vos me...
-Dijiste bien, querida, éramos amigas, pero ahora soy tu dueña y vos mi esclava, un hermoso animal de mi propiedad. Siempre te tuve ganas, ¿sabés? ¡siempre!, desde el momento mismo en que nos conocimos. Siempre envidié a Federico. ¡Qué calentura sentí por vos desde el primer momento, Elena! ¡Qué calentura!
Elena la escuchaba espantada, negándose a creer que aquello, todo aquello que estaba viviendo fuera verdad.
-No te imaginás cuántas veces estuve a punto de revelarte mi condición de lesbiana y mi atracción por vos, pero me daba cuenta de que jamás hubieras accedido a satisfacer mis deseos. A menudo leía en tu mirada el desprecio que sentís por mi porque soy fea, porque me visto mal. Entonces ese desprecio hizo que empezara a odiarte tanto como te deseaba.
-Julia, yo...
-Callate. Ya no necesito que digas nada y mucho menos que me des explicaciones. Ahora sos mía, Elena. Ahora te tengo, que es lo que siempre quise. Yo soy ahora tu dueña, yo, la gorda, la despreciable, la aburrida con la cual sólo podías ir a conciertos, funciones de teatro o de ballet y ...
... conferencias que no te interesaban. Te odio, Elena, te odio y te deseo hasta lo indescriptible y la fusión de ambos sentimientos hace que disfrute tanto el tenerte ahora en mi poder por completo y definitivamente. No podés imaginarte lo que sentí al conocer la existencia de este lugar del que ya no vas a salir nunca.
-¡Julia, no! –gritó Elena sentándose en el camastro, pero Julia la derribó de una fuerte bofetada y después siguió hablando mientras se regodeaba con el llanto angustiado de su presa:
-Sí, Elena, fue por azar que conocí todo esto, un sitio fascinante que despertó el sadismo que dormía en mí sin que yo lo supiera. Los miembros del Club, y yo lo soy ahora, podemos traer aquí una presa que es sometida como te...
-¡Basta, Julia, basta, por favor!... No me hundas en el barro más de lo que estoy...–suplicó Elena.
-¿En el barro?, jejeje... ¡En semen te voy a hundir, puta! Vas a escuchar todo lo que tengo que decirte. –siguió Julia.
-¿Cuántos hombres te violaron esta primera vez?
-Cuatro... –recordó Elena.
-Mmhh, no estuvo mal por ser el principio y deberías agradecérmelo, queridita, porque te hice cumplir con tus fantasías, aunque seguramente con lo ramera que sos te quedaste con hambre –dijo Julia, y su risa ofensiva acompañó por un momento el llanto desconsolado de la otra.
-Ahora este cuartucho miserable será tu alojamiento, tu celda. Acá vas a estar encerrada a disposición de lo que yo decida hacerte o mandar que te hagan. El reglamento del Club ...