1. El deseo pudo con la sensatez


    Fecha: 08/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: divgui, Fuente: xHamster

    Complicidad:Transcurrían unos días de sentimientos enfrentados. Tras el ultimo y primer encuentro pasional las emociones chocaban y aunque la llama del deseo para él se había avivado mas, el amor parecía desvanecer, pues ella se debatía entre el arrepentimiento y la traición.Todo estaba lejos de ser así.Un nuevo reto laboral volvía a unirlos, y de nuevo reaparecían las ganas, las de compartir más que palabras.Fue entonces, en un inesperado día, saliendo a última hora del trabajo. Allí estaban bajando por las escaleras entre risas y codazos de complicidad.Ya en el rellano de la entrada frente a la puerta una nueva fantasía se cumplió...Estaban a punto de salir por la puerta. El agarró la manilla para abrir cortésmente y ella dio un paso de acercamiento para salir la primera. Se entreabrió la puerta y fue en ese momento, donde el perdió la razón. Perdió el sentido de todo y no pudo más que dejarse llevar por su deseo, sus ganas de devorarla.Se lanzó sobre ella para besarla… besarla sin compasión, sin permiso, sin consciencia de lo que estaba haciendo. Agarrándose a su cintura y dejándola sin respiración con la sinhueso llegando hasta la campanilla.De repente ella coloco sus manos sobre los hombros de él y con un ligero empujón se libero; exclamando - ¿qué haces? - y soltó una pequeña bofetada.Una tensa mirada… las cejas fruncidas pero… poco a poco ese gesto fue convirtiéndose en una leve sonrisa de ella que se contagiaba. Y algo se ilumino!Ambos se agarraron con fuerza y sus ...
    ... bocas empezaron a devorarse. En ese beso apasionado, él la arrincona contra la puerta que se cierra con fuerza.Las lenguas no paran de jugar, de lamerse, sus labios húmedos intercambian sabores. Y aunque aparatosos y torpes parecen esos besos se degustan con apetito.El sólo piensa en demostrarle su fervor, lo que ella despierta en él. Y para ello empieza a restregar su entrepierna sobre su muslo.Ella percibe su estado de excitación, pues ya no puede estar más dura.Y ante ese estado sólo puede contagiarse, se mete la mano bajo el pantalón y se comienza a masturbar.Los roces hacen aumentar la lujuria y las respiraciones se aceleran.Él coloca sus manos en su espalda y comienza a bajar acariciándola para meterlas bajo su pantalón y agarrarle con fuerza sus nalgas.En ese instante en que el aprieta con firmeza ella parece escurrirse y gemir de placer.Son unos segundos de éxtasis en los que ella parece desvanecer echando la cabeza atrás y dejando su cuello al descubierto.Él se lanza a morder, cuál vampiro sediento de sangre, dejando la marca de su dentellada.Cuando ella vuelve en si, parece poseída por ese mordisco.Las llamas de fuego se veían en sus ojos y cuando quiso darse cuenta estaba cara la puerta con los pantalones bajados y pidiendo ser penetrada.Él no tardó en encarar y atacar. A penetrarla con fuerza mientras se agarraba con decisión a sus pechos, mientras sus pulgares estimulaban con delicadeza los pezones.No iba a ser un polvo de película pero si un instante para el ...
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