Chófer mañoso
Fecha: 09/08/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Slim Pantyhose, Fuente: CuentoRelatos
Este relato está cortito, pero me vine deliciosamente dentro de mi esposa. Por eso se lo dedico a ella con mucho amor.
En esta semana pasé a recoger a mi esposa a su trabajo, pues como no circula mi coche, teníamos que venirnos en el transporte público. Pasadas las 6 de la tarde estaba afuera de la oficina en donde trabaja ella y al salir comenzamos a discutir pues hubo pagos de algunos servicios en casa que no se habrían cubierto en tiempo y forma; lo que más me preocupaba era el pago del teléfono, pero bueno, ni modos y eso sirvió para discutir, pues ella era la encargada de pagarlo en este mes.
Tomamos el metro y durante el camino poco hablamos, de hecho, casi ni nos dirigimos la mirada.
Al salir de la terminal del metro nos detuvimos a hacer fila para subir a la combi que nos llevaría a casa. Para mi suerte nos tocó subirnos en el frente de la combi, junto al chofer. Él era un muchacho que estoy seguro no pasaba de los 25 años de edad, delgado, morenos y con un aspecto distinto a cualquier chofer; muy atento con todos los pasajeros, pero en especial con mi esposa pues fue quien se sentó en medio de los dos, a mi me toco ir en la puerta, por eso ella quedó entre los dos.
No hablamos absolutamente nada durante todo el recorrido del transporte, inclusive, cada quien pagó su pasaje. Bueno, después de esto creo que el chavo le condonó el pago de la tarifa a ella, a mi mujer.
Y como suelen hacerlo estos choferes mañosos, cada vez que cambiaba de velocidades ...
... procuraba rozar los muslos de mi esposa; ella así lo entendió y permitió que una de sus piernas se acercara más de lo normal a la palanca de velocidades.
Fue ella quien comenzó la conversación hablando de cualquier tema, el respondía de manera muy amena, pero cada vez que hablaban y en cada semáforo o en cada parada que hacía la combi, él aprovechaba para acercar su mano al muslo enfundado de mi esposa, por cierto, ese día llevaba puestas unas pantimedias de color juvenil y una falda que quedaba por arriba de la rodilla.
No tardó mucho cuando de forma muy descarada él prácticamente tocó la pierna de mi esposa y ella se lo permitió; él comenzaba a sobar su pierna y poco a poco iba metiendo más su mano entre las piernas de ella. Hubo un momento en el que ella cerró sus piernas de manera intempestiva y la mano del chofer quedó atrapada entre ellas; fue un momento sublime para mí, porque ella bien sabe que a mí me encanta que lo haga con mis manos, pues siento la sedosidad de las pantimedias por completo.
Se acercaba el fin de nuestro destino, saqué las monedas para hacer mi pago y el muchacho quitó la mano de las piernas de mi esposa, me cobró de manera normal. Ella también pidió la parada y al sacar un billete de veinte pesos él le dijo que no se preocupara por el pago, que mejor le daba su número de WhatsApp y ella con gusto lo anotó.
Se despidió de ella con un beso en la mejilla y cuando llegamos a casa, lo primero que hicimos fue irnos directos a la cama a recordar ...