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Aventura en la escuela nocturna
Fecha: 15/08/2019, Categorías: Confesiones Autor: fabiana, Fuente: CuentoRelatos
... agacharme a levantarla comprobaron que había cumplido la consigna. Mis tetas quedaban expuestas ante ellos. Comencé la clase como si nada y no encontré mejor excusa que leerles un texto. Caminando con el libro por los pasillos me detenía ante cada pupitre y desde atrás dejaba que me tocaran el culo a sus antojos. A decir verdad cumplían con su palabra y lo hacían de una manera discreta, sin sobresaltos y ordenadamente. Terminada la clase no anoté nada esta vez en el papel, pero me apresté a cumplir con sus pedidos. Me rodearon nuevamente y haciendo un círculo no dejaban que se viese al exterior. Me levantaron la falda pero esta vez no sentí sus manos lo que me llamo la atención. A los pocos segundos escuche un leve gemido y supe cuál era el regalo. Un líquido tibio se deslizaba por mis nalgas. Luego vino otro y después otro. Luego de unos minutos bajaron mi falda y nos retiramos en paz. Presentía que todo aquel líquido podía haber empapado mi vestido, por lo cual me dirigí a mi coche en forma apresurada, notando como por mis piernas se escurría abundantemente. Cuando me senté en la butaca noté que estaba completamente empapada de aquello. Llegué a casa y ante un espejo en mi habitación comprobé que aquellos muchachos habían llenado mi culo con su leche joven. El vestido estaba todo pegoteado, me lo quite y me duche masturbándome frenéticamente, evocando aquella lechada colectiva. Ya las cosas se iban poniendo muy calientes y un tanto ...
... peligrosas, dado que de descubrirse ese juego, estaban en juego mi trabajo y mi reputación, por lo cual no sabía cómo continuarlo Era un sentimiento ambivalente, por un lado el miedo a perder todo y por el otro el morbo y la adrenalina de ser el objeto sexual de esos alumnos. Ya quedaba poco tiempo para terminar las clases y con todas esas dudas me dirigí a la escuela, y como siempre el papel: “Profe, nos encantó lo que paso la última clase pero sabemos del riesgo que ello conlleva. Queremos más de usted pero no queremos ponerla en peligro. No sabemos cómo continuar esto y quisiéramos pedirle si nos puede aconsejar. Nuestro deseo ya sabe cuál es, pero usted es quien decide” Sinceramente me tranquilizaron aquellas palabras, veía en sus ojos una expectativa manifiesta. Comencé a dar las clases y algo se me ocurrió: —Quiero que traduzcan la siguiente frase, la cual es una pregunta y saliéndonos por una vez del inglés técnico tienen que traducir en una hoja y contestarla. Cuando lo hayan hecho dejen la hoja en mi escritorio. No es una prueba El cuestionamiento los dejó perplejos y pude notarlo en sus miradas. Me dirigí al pizarrón y escribí: “Do you want to continue with the game?” No necesitaron usar el diccionario. Las hojas se fueron acumulando en el escritorio y la respuesta era unánime: “yes” Antes de irme deje un papel escrito sobre el escritorio: “Estoy dispuesta a jugar pero necesito algo de ustedes. Consigan un lugar adecuado y completamente discreto ...