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Sandra – Mi primera vez
Fecha: 21/08/2019, Categorías: Gays Autor: Little Sex Warr, Fuente: CuentoRelatos
... prendido a mis pezones casi hasta el clímax. Sabíamos lo que nos excitaba a cada uno de nosotros y lo que a ambos nos calentaba. Pero eso era lo más osado que habíamos hecho. Ya en la cama, solamente fue cuestión de acercarnos y besarnos, supuestamente para despedirnos y la pasión se desbordo, nos olvidamos del cansancio y de las promesas de castidad que nos habíamos hecho. Un hombre deseoso y una joven con las ganas de convertirse en mujer, afloraron en el momento. El tímido y tierno beso de buenas noches, rápidamente se convirtió en un beso apasionado, que provocaba que nuestras manos buscaran en el cuerpo de nuestra pareja sus zonas más sensibles, empezamos a desprendernos de la poca ropa con la que nos habíamos acostado, nunca antes habíamos estado completamente desnudos uno frente al otro. Ahora nos encontrábamos totalmente libres de cualquier vestimenta. La calentura se había poseído de nosotros, ni siquiera teníamos que preguntarnos si deseábamos seguir adelante, nuestros cuerpos y nuestras mentes estaban seguros de lo que en ese momento ansiábamos. Cuando Esteban empezó a besar mis pechos y a acariciar mi sexo, yo besaba su oído y buscaba anhelante su miembro. Fue una bella sorpresa tocar por primera vez el falo de cualquier hombre, mi mano era sumamente pequeña para cubrir en toda su longitud el instrumento de mi pareja. Todavía estábamos cubiertos por las cobijas de nuestro lecho, por lo que no podía ver en plenitud aquello que tenía en mi mano, más el ...
... ansia de mi novio para besar mi zona erógena, nos obligó a retirar las sabanas que nos cubrían y así por fin, tuve ante mí, aquel pedazo de carne que tanto había imaginado y que para ese momento ya deseaba, tener, no entre mis manos sino entre mis piernas. Nos colocamos en lo que normalmente se le conoce como la posición del 69, Esteban besaba, chupaba y violaba con su boca y lengua mi vagina y todas las partes que la componen, yo aprovechaba para besar su verga y con vehemencia meterla dentro de mi boca, tal y como había leído que se debería de hacer. Su sabor era único y el efecto de tener ese fierro en la boca era indescriptible. Además, las sensaciones a las que me llevaba el tratamiento al que mi pareja estaba sometiendo a mi chocho, me llevaron al espasmo agónico del primer orgasmo de una mujer. No podía más, necesitaba sentir su pene dentro de mí, le pedí en medio de mis gemidos que se volteara y que me hiciera suya. Tiernamente, sabiendo mi condición de virgen, Esteban coloco la cabeza de su falo justo en la excitada y mojadisima entrada de mi cuevita, y poco a poco fue insertando aquel palo dentro de mí, no puedo negar que el dolor era enorme, hubo un momento en el que dude seguir adelante, pero era imposible detenerlo a él y a mi anhelo de convertirme en su mujer. Rompió cualquier obstáculo que encontró en el camino y cuando menos nos dimos cuenta, su verga se encontraba totalmente sumida en mí, el dolor fue cediendo, para dejar en su lugar, el mayor placer que había ...