Él pedía más - Relatos Eróticos

Él pedía más

En este relato contaré cómo Gabriel pedía que le diera más placer. Esta historia es de cuando tenía 18 años.Él me había invitado un viernes a su casa, a lo que gustoso acepté, pues no tenía mucho qué hacer.Cabe decir que Gabriel es unos centímetros más bajo que yo, además tiene rasgos que lo hacen parecer menor.Al entrar a su casa, lo saludé y pasamos a jugar videojuegos. Al parecer solo éramos él y yo en su casa, por lo que no iban a haber m*****ias.Luego de una hora y media se le ocurrió una idea.- ¿Qué te parece si cada que perdamos nos quitamos una prenda? - propuso Gabriel, pues íbamos muy empatados- Va, empieza desde la siguiente ronda. -Apenas empezamos, yo llevaba la delantera, y él ya solo estaba en ropa interior. Lo vi algo injusto, por lo que me dejé ganar un par de veces, hasta que yo quedé en ropa interior.- Okey, ¿qué te parece si la próxima quien gane le dice al otro qué hacer cuando quede desnudo?- dijo Gabriel- Va. - acepté.Cuando terminó la ronda, yo había perdido, me levanté.- Bien, ahora ¿qué hago? - pregunté y bajé mi ropa interior, dejando expuesto mi pene.Al sacar mi pene, él solo se le quedó mirando, se sonrojó y levantó la mirada.- ¿Te digo algo? Hace tiempo que tengo ganas de que me folles. - dijo y quitó su ropa interior. - Así que es lo que quiero que hagas. Déjame hacerte el amor. -Gabriel se arrodilló y metió mi pene medio duro en su boca, en la cual se endureció totalmente, él la sacó y la vio.- Sabía que tenías algo muy bueno, pero no pensé que ...

... lo fuera tanto. Vamos a la cama. - propuso y lo seguí a su cuarto con mi pene erecto aún.Él se sentó al pie de la cama, yo me puse delante de él, a lo que él comenzó a masturbar y a lamer mi pene. Se sentía tan bien que me derretía por dentro, por lo que acaricié su pelo y su cara un par de ocasiones.Lo empujé y me recosté a un lado de él, a lo que siguió mamando mi pene.- Trae tu pene acá. - dije a lo que Gabriel puso su pene en mi boca mientras mamaba el mío. Succionaba y relamía con todas mis fuerzas, por lo que Gabriel se vino en mi boca, a lo que yo tragué todo su esperma y retiré su cabeza de mi pene.- ¡Ay! ¡Déjame un poco más! ¡Sabe muy bien! - exclamó haciendo cara de perrito.- No, te viniste en mi boca sin avisar, te toca un pequeño castigo, tranquilo, te gustará. - dije y levanté sus piernas, las coloqué sobre mis hombros, y comencé a dilatar su entrada con tres dedos.Gabriel gemía como si su vida dependiera de ello, así que supuse que ya estaba listo.Entré un poco rápido en él, Gabriel lanzó un grito y se aferró a las sabanas de su cama.Al entrar en él, empecé a embestir.- Gime, me encanta cuando lo haces. - dije y él empezó a gemir de nuevo como nunca lo había escuchado. Lo volteé, poniendolo en cuatro.Metí de nuevo mi polla en él, embistiendolo de nuevo a gran velocidad.- Sé duro, amor. - gimió Gabriel.Lo jalé de los hombros, y lo seguí penetrando. Lo empujé, y quedó pegado a la pared. Ahí lo alcé, metí de nuevo mi polla en él y seguí embistiendo.Lo levanté y se ...