1. Una relación con mi tía (2)


    Fecha: 01/09/2019, Categorías: Incesto Autor: blackbird, Fuente: SexoSinTabues

    Al despertar a la mañana siguiente noté estaba solo en la cama. Miré alrededor de la habitación donde me encontraba y me di cuenta que no era la mía. Sorprendido recordé todo lo sucedido en la noche anterior. Me asusté. Las cosas se habían salido de las manos, dando resultado a un final incestuoso con mi tía. Me sentí culpable y avergonzado por lo que hice con mi tía Vanesa, ya que lo sucedido es mal visto y extraño. Fui incapaz de salir de la cama, no quería encontrarme con mi tía porque no sabía qué podría suceder si nos encontramos. Pensé en ir corriendo a mi cuarto pero no fui capaz de hacerlo. Los minutos que fueron pasando fueron de gran ayudar para calmarme y ordenar mis ideas. Ya más calmado, me percaté que todo estaba muy silencioso. ¿Acaso mi tía se fue a un cuarto de arriba para llorar por lo sucedido? Salí de la cama y recogí mi ropa. Salí de la habitación con la cautela de un explorador en terrenos desconocidos, con la ropa en mano, caminé por toda la casa sin realizar el mínimo ruido. Al cabo de un rato me di con la sorpresa de que estaba solo en casa. Mientras pasaba por la cocina me fijé en el reloj y eran un poco más de las 10 de la mañana. ¿Podría ser que mi tía se habría ido al trabajo a pesar de lo sucedido? Me fui a bañar enseguida y, como dicen muchos que la ducha es el mejor lugar para pensar, recordé lo sucedido una y otra vez, como si estuviera buscando la falla por lo cual nos llevó a ese final. Recordaba absolutamente todo, la comida, los tragos, ...
    ... el vino que tomamos en casa y el sexo. Recordar eso hiso que me saliera una mueca de incomodidad. Mientras dejaba caer el agua en mi cabeza me percaté de un detalle importantísimo, que ella había empezado todo, que ella comenzó sus besos y sus coqueteos, que mi tía fue la que me metió mano y fue ella la que me llevó a su cuarto. Pensar así me hiso sentir menos culpa, ya que, si recibiera alguna mala reacción de ella, yo sabría qué contestar. Pasé el día en casa planeando mis respuestas, si recibía alguna queja de mi tía. Estando mi cuarto vi la hora en mi celular y noté que era la hora en que usualmente mi tía regresaba a casa luego del trabajo. Los minutos fueron pasado y ni rastros de Vanesa. Los minutos se volvieron horas y yo, inquieto, pensé en miles de motivos por el cual ella no regresaba. Pensé en que mi tía estuviera tan avergonzada que no era capaz de verme la cara, lo cual era entendible ya que yo sentía lo mismo. Pasada las 9 de la noche, desde mi cuarto, escucho que mi tía entra en la casa. Caminó por la sala, fue a su cuarto por un momento para luego ir al baño. Salí de mi habitación y al acercarme al baño escucho el sonido de la ducha. Regreso a mi cuarto para usar mi celular, engañándome de que todo estaba bien. Después de su ducha caminó por la casa y para mi sorpresa entra en mi habitación. -¿Ya cenaste? Porque traje comida. ¿Te sirvo? –dijo ella. Estaba vestida con un vestido cómodo de casa de color azul y con una toalla blanca en la cabeza, me sorprendió la ...
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