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En el auto estacionado frente a mi casa
Fecha: 03/09/2017, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo Interracial Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
... necesitábamos hacerlo con cuidado y discreción.Ramiro sonrió y dijo que tenía una sorpresa para mí.Tecleó un mensaje en su celular y me dijo que esperásemos un minuto.Poco después la puerta trasera se abrió y un negro enorme entró al auto. Nos saludó con un marcado acento portugués y Ramiro lo presentó como su buen amigo Joaquim; un estudiante brasileño de intercambio.Joaquim me dijo que jamás había cogido con una mujer blanca y que Ramiro lo había invitado a participar de nuestro encuentro furtivo…Sin decir palabra, bajé del auto y entré al asiento trasero con el brasileño.Joaquim desprendió los botones de mi bata y comenzó a juguetear con mis tetas, lamiendo y mordisqueando mis pezones erectos. Saqué una enorme verga negra de sus pantalones de gimnasia y no pude evitar un aullido de admiración cuando vi ese tamaño…Sin perder tiempo me monté en su regazo, corrí la tanga a un lado y fui deslizando mi cuerpo sobre esa magnífica pieza de ébano duro. Era mucho más gruesa que la de Ramiro y Víctor. Me causó un placer indescriptible mientras avanzaba ...
... dentro de mi concha.Comencé a balancearme sobre su cuerpo y muy pronto tuve un intenso orgasmo. El negro me aferró por la cintura y comenzó él a dirigir el ritmo de esa tremenda cogida.Cerré los ojos y escuché ruidos de puertas que se abrían y cerraban. Las manos de Ramiro tomaron mis tetas desde atrás y pronto su verga dura comenzó a presionar entre mis cachetes, buscando mi entrada anal…La doble penetración fue intensa. Entre los tres logramos empañar los cristales del auto, a puro gemido y suspiro. Apenas tuve mi segundo orgasmo, mis dos amantes acabaron casi al mismo tiempo.Me quedé un rato aprisionada entre ambos cuerpos, sintiendo su calor y las pulsaciones de sus corazones… Luego me levanté y acomodé mi bata.Me despedí de ambos, haciéndoles prometer que, la próxima vez, nos encontraríamos en un lugar más cómodo que el asiento trasero de un auto.Al entrar a casa, con semen deslizándose entre mis muslos, encontré a mi adorado esposo, que sostenía el tubo del teléfono, ofreciéndomelo.Con cara de bronca y suspicacia, me dijo que llamaba Helena…