Poda 12
Fecha: 03/09/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: renegadomonti, Fuente: SexoSinTabues
... la insistencia de su pretendido invasor, y le permitió la entrada. En un principio solo fue la punta, pero mi lengua hizo su bien su trabajo, y de a poco, lentamente, mi dedo logró alojarse por completo en tan estrecho estuche. Me dijo Pao que le molestaba y le hacía arder un poco ese dedo travieso que exploraba su culito preparándolo para un visitante un poco más grueso y más largo. Dejé mi dedo quieto por un momento mientras mi lengua continuaba con su cometido. Esto hizo que ella se abandonara a mi caricia y que su esfínter se relajara, permitiendo de esa manera que mi dedo se encontrara un poco más libre. Al percibir ese relajamiento, suave, lentamente comencé a mover mi dedo en su ajustado y estrecho esfínter. Afuera, adentro; afuera, adentro; una y otra vez, así su culito se fue acostumbrando a tener algo dentro. Pero yo sabía que no estaba preparada, ni emocionalmente, ni psíquicamente, como así tampoco físicamente para ser sodomizada, ni tampoco su culito para permitir la entrada de tan duro y grueso visitante en sus entrañas, por lo tanto continué con la caricia un momento más y le pedí a Lara que no perdía detalle de lo que hacíamos con su hermanita menor, que le colocara una almohada debajo de la pancita de Pao. Ella, Pao, elevó un poco su pelvis para permitir que su hermana colocara la almohada. Su culito se elevó un poco y sus piernitas se separaron algo más. Le pedí a Lara que guiara mi verga hacia la conchita de su hermana para que se la pudiera meter. Con su ...
... mano caliente tomó mi verga aún más caliente y la colocó en la entrada de la concha de su hermana, que a todo esto esperaba el pijazo que le hiciera satisfacer sus deseos. Una vez ubicada mi pija en el lugar preciso, Lara comenzó a mover mi pija a lo largo del tajito de su hermana. Lo hizo varias veces, consiguiendo de esa manera que tanto Pao como yo, le pidiéramos que ya la dejara quieta para poder por mi parte metérsela a Pao, y esta le pidió que me permitiera a mí que se la metiera. Presioné mi glande en tan estrecha entrada tratando de ingresar a la cueva de las delicias, pero no lo conseguí. Una y otra vez lo intenté y no podía vencer la resistencia de los labios vulvares de Pao que se resistían a ser separados por tan agresivo atacante. Era lógico que esto sucediera. Era muy notoria la diferencia de tamaños de los órganos sexuales. Mi verga es bastante gruesa, mi glande no guarda proporción con el resto del cuerpo de mi pija, ya que es muy grueso y casi no tiene punta, es bastante chato, y el agujero en donde quería entrar, era muy estrecho, muy pequeño. Claro que tiene que ser así, es de una niñita de tan solo 8 añitos, con un cuerpito menudo, casi sin formas de mujer. Pero ambos estábamos decididos a obviar todas estas diferencias y queríamos que la unión se concretara. Por mi parte empujaba sin pausas tratando de vencer las dificultades que se presentaban, y ella separaba lo más que podía sus piernitas y paraba su culito para permitir que yo metiera mi duro y grueso ...