1. Gracias a mi padre


    Fecha: 04/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Desde que yo tenía 13 años, siempre que podía, espiaba a mi madre cuando se bañaba o se desnudaba en su cuarto. Mi obsesión sexual por mi madre empezó el día ( o mejor dicho la noche) en que tuve la primera polución nocturna. El día anterior había tenido dolor de garganta y algunas decimas de fiebre, nada grave, tan solo un pequeño catarro. Me fui pronto a dormir. Al poco de estar metido en la cama vino mi madre a traerme un vaso de leche caliente con miel, que bebí con gusto pues me alivió el dolor de la garganta. Luego me puso el termómetro, me dio un beso y se fue diciéndome que volvería dentro de cinco minutos. Haría aproximadamente un año que se me había despertado el instinto sexual y las chicas me gustaban cada día más, pero hasta ese momento a mi madre la veía sólo como madre, pese a ser una mujer muy atractiva y aún joven pues me había tenido con tan solo 21 años y por tanto en ese momento tenía 34. Cuando me puso el termómetro, pasaron unos segundos hasta que logró ponerlo bien encajado en la axila, y durante esos segundo tuve su cara muy cerca de la mía y me di cuenta de lo que ya sabía, que era un hembra muy atractiva, pero ahora lo veía de otra manera, pues por primera vez veía a mi madre no sólo como madre, sino también como hembra, como atractiva hembra capaz de despertar en el macho el deseo sexual hacia ella. Volvió, me quitó el termómetro, lo miró y dijo 37 con 6, seis decimas hijo, ahora duerme, y si durante la noche me necesitas llámame. Gracias mamá, ...
    ... pero si no es nada -le dije- mientras ella me daba un beso de buenas noches y a continuación me acarició la frente. Me encanta que me acaricies, sigue un poquito más -dije-. ¡ Ah! , quieres que mamá te dé mimos ¿eh? Entonces introdujo su mano debajo de las sábanas y fue a buscar mi pecho debajo de la camiseta que llevaba para dormir, y lo hizo no por el cuello sino desde el bajo vientre y desde él subió su mano hasta el pecho no sin antes también haber acariciado mi tripita. Sobre las tres de la mañana mi madre entró en mi cuarto para ver cómo estaba yo. Llevaba sólo puesto el camisón, un camisón cortito que por delante le tapaba justo el sexo y por detrás dejaba ver parte de la rajita del culo, esa parte de la rajita que se curva para ir a buscar la vulva y fundirse con ella. El camisón era de un color blanco casi transparente por lo cual aunque le tapaba su sexo, sí que se le podía ver al trasluz su abundante vello púbico, pues entonces las mujeres no se depilaban el chocho. El camisón era muy escotado y dejaba ver gran parte de sus hermosas y voluptuosas tetas, y la parte de ellas que no se podía ver directamnete por estar tapadas por el camisón se veían al trasluz, sobre todo sus pezones pues hacían clara prominencia . Yo aunque estaba despierto, me hice el dormido. Mi madre se acerco , me tocó la frente, luego me dio un beso y se dio la vuelta y en eso que se agachó para recoger el pantalón corto de pijama que yo me había quitado y había arrojado al suelo. Al hacerlo, no lo ...
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