1. La sospecha se confirma


    Fecha: 05/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Soy argentino, tengo 46 años, me llamo Federico, vivo en España hace mas de diez años, y hace un tiempo atrás conocí una chica venezolana y empezamos a salir, hasta que decidimos vivir juntos. Claudia, que así se llama mi mujer, tiene 48 años, siempre me habla de su hija que vive en Venezuela, que le gustaría traerla. Maika, que así se llama la hija de mi mujer, tiene 19 años, al tiempo la trajimos, una chica menudita, de no mas de un metro cincuenta, con cara de nunca haber roto un plato, parecía que todo lo miraba con miedo. Lo que le resaltaba eran sus tetas y su culo, no voy a decir que son enormes, pero para el cuerpo de Maika, se resaltaban. Se instaló en casa con nosotros, siempre estaba al lado de su madre como si tuviera miedo que alguien le haga algo, salíamos los tres a caminar, iba pasando el tiempo y Maika se iba adaptando a su nueva vida, pero siempre que estaba su madre, ella parecía una niña chica. Un sábado estábamos planeando en salir a cenar fuera y Maika se estaba bañando, y cuando paso por la puerta del baño, ella salía envuelta en una toalla, descalza, mojada todavía, le miré y la verdad que es una chica muy atractiva, Maika me devolvió la mirada, y vi un brillo extraño en sus ojos, no era la mirada de niña que siempre tiene, era la mirada de una mujer, se metió en su habitación a vestirse para irnos, y cuando salió, volvió a ser la niñita que siempre pareció. El domingo me levanto a hacer el desayuno y ella se levanta a tomar agua, de pijama, nos ...
    ... saludamos y me volvió a mirara de esa manera extraña, "vos dormís aparte del pijama, con ropa interior?", le dije, siguiendo con lo que estaba haciendo, "si, es que tengo los pechos grandes y me hacen doler la espalda", me dijo, apoyándose contra la heladera, "así que tenes las tetas grandes?, me dejas que las vea?", le pregunte, mirando sus ojos, y sonriendo, "hay Fede, que loco, lo que me pides", me dijo y se fue, volteando su cara y mirando mis ojos que no dejaba de verla. Desayunamos, pasamos el día normal, y siempre había una mirada fugaz entre ella y yo. A la tarde noche, mi mujer se fue a bañar y yo estaba sentado en una silla a la mesa y pasa Maika a mi lado, yo la agarro de un brazo y hago que se siente en mi falda, "no me vas a dejar que te vea las tetas?", le dije, metiendo mi mano por el cuello de la camiseta y sacando una de sus tetas del sujetador, viendo una teta bien blanca, coronada por una aureola y un pezón marrón oscuro, "no que puede venir mamá", me dijo guardando su teta cuando me la iba a meter en mi boca, poniéndose de pie y yo le pase mi mano por su culo, apretando sus nalgas, ella volvió a mirar mi cara, sonriendo y no dijo nada, yendo a su habitación a vestirse para ir a tomar unas cañas con nosotros. Me di cuenta que cuando estaba su madre era una niña inocente, pero al no estar su madre era otra persona. Mi mujer se había anotado para hacer un curso de F.P. y estaba esperando alguna noticia si se lo habían dado. Yo siempre que veía sola a Maika en donde ...
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