El sucesor de Pancho: Negro el salvaje cojedor
Fecha: 09/09/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: thedog2015, Fuente: SexoSinTabues
... provocándome mucho dolor, lo que hizo que me levantara, Negro se me paro de patas porque por lo visto quería continuar y no perder el tiempo. Me volví a posicionar y como buen perro macho culeador me abrazo con sus oscuras patas, me agarro fuerte y continúo con su cometido, yo solo me dispuse a disfrutar, lo deje llevar el control. Algunas veces me la metía toda hasta el fondo pero sin dejarla adentro, luego creo que reaccionaba que la había sacado y embestía nuevamente con mucha fuerza creyendo atinarle a lo seguro, evitaba que me abotonara cuando pasaba algo así, ni bien sentía toda su longitud me la sacaba para no quedar trabado con su bola que ya empezaba a crecer. Me encanto sentir su bola hinchada entrar y salir de mí, llego un momento que no pudo entrar con facilidad y la deje entre mis nalgas y la agarre con mis dedos por si quería sacármela, tanto preámbulo como para que me dejara con un vacío carnal que el ya había provocado, me dispuse a deleitarme sintiendo su verga dentro de mi agujerito, Negro me estaba dando mucho placer con la hinchazón de verga que se cargaba, me extendía un poco más los pliegues de mi culito lo suficiente para dar mucho placer. Percibí y sentí que su hinchazón era un poco más gruesa que la de otros perros con los que ya había copulado y esto me volvió loco las veces que deje que me montara. No cabía de la emoción, del gusto ...
... de sentir dentro de mí como albergaba su gruesa, hinchada, húmeda y venuda carne, sentir como le palpitaba semejante trozo mientras le servía de depósito seminal, el condenado se quedó descansando sobre mi espalda, se acomodó y se dispuso a preñarme tranquilamente punzada a punzada y chorro a chorro iba escupiendo su esperma calientito en mi expandido agujerito. Me masturbe mientras tenia a Negro dentro de mí, fue una gran sensación sentir mientras me corría como las contracciones de mi ano abrazaban el grosor de la verga de un buen macho dominante. Termine extasiado, baje a negro y como buen perro se dispuso primero a limpiar el agujerito que había penetrado. Descansamos un buen rato, me dolían y temblaban las piernas, me sentía lleno del culo por lo grueso que me resulto la verga del Negro. Ese lugar se volvió mi lugar de copula, un sitio habitual para ambos y para otros perro también. Negro supo que le pertenecí y que así seria, fue muy salvaje todas las veces que me la ensartaba, es el único que me bombeaba sin necesidad de masturbarlo y cuando se le hinchaba era de las vergas de perro más gruesas de las que me han abierto el culo. En otras ocasiones disfrute de abotonarme con él. Inclusive se molestaba cuando llevaba al otro perro a “pasear”, él era y será el único macho canino que supo hacer bien su trabajo: cogerme como si de una perra en celo se tratase.