Lupe - Relatos Eróticos

Lupe

En realidad Lupe no era nada atractiva, muy gorda, Prieta, y encima no tenía fama de ser muy fácil, entonces que era lo que tanto llamaba mi atención de ella a sus 47 años y yo con apenas 14? Diario la miraba y sentía unas ganas terribles de cojer con ella, ninguno de mis amigos ni el más feo había querido cojersela y nadie se explicaba como podía estar casada con un tipo si no era un galán tampoco estaba tan tirado según las señoras chismosas del barrio, nadie quería exponerse a las burlas de los amigos porque cojer con Lupe era como de plano no haber conseguido nada más por el rumbo y eso era motivo de rechazo hasta de las mismas señoras cachondas de por ahí, Lupe tenía a mi ver mucho en su favor, unas enormes tetas erguidas de pezones gruesos achocolatados mismos que se transparentaban en todas las blusas y playeras que usaba además de los escotes que las dejaban a la vista de todos, unas caderas amplias y tremendas nalgotas duras y redondas que bien sabía menear en cada de su caminar por el barrio incitando a la lujuria sin resultados en su favor, pero lo que más me prendía de Lupe eran sus piernones gordos con unos muslos gruesos y carnosos exhibidos con todo el descaro del mundo con tal intención de lograr animar algún valiente a cojersela, seguro y obvio el marido no la llenaba ni tantito en la cama, usaba vestidos y faldas que sin caer totalmente en lo vulgar dejaban sus piernas desnudas más de la mitad y su gruesa carne Prieta con celulitis me excitaba terriblemente ...

... al grado de estarme jalando la verga diario pensando en ella, todo eso y quizás el hecho de saberla mujer fácil siendo casada me llenaba de morbo y lujuria, un sábado por la tarde estábamos tomando cerveza ocho de mis amigos y yo afuera de la casa de uno de ellos cuando paso Lupe frente a nosotros, llevaba un corto vestido a media pierna morado exhibiendo sus muslos carnosos y sus tetas medio salidas entre su escote amplio, el vestido era pegado al cuerpo y extrañamente los ocho la miramos con deseo como en ninguna otra ocasión pero ninguno dijo nada ni un solo comentario de su cuerpo, Lupe por su parte nos saludó a todos en general con su clásica mirada coqueta y una sonrisa provocativa, fue Raúl el primero en romper aquel hipócrita silencio cuando agijoneado por la lujuria de verla tan descarada y fácil camino detrás de Lupe parandola con un ligero silbido, Lupe se detuvo y volteó a ver quién le silbaba, Raúl cómo disculpa hacia nosotros ocmentó Raúl/ me carga la chingada con esta pinche vieja gorda tan puta si quiere verga yo se la voy a dar para mí es mejor metérsela dentro de su panocha que tirarlos al suelo y me vale madre lo que ustedes digan cabrones Ricardo uno de los más galanes le respondió Ricardo/ vete a la verga rulo esa pinche gorda me da asco Raúl ya no contestó porque ya estaba hablando con Lupe, lo curioso fue que no se la llevó a ningún lado y se diría que hasta discutían algo, al cabo de unos minutos Raúl me hizo señas con la mano para que fuera con ellos ...