1. La apuesta de Carolina (segunda parte)


    Fecha: 20/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Carpe_Diem, Fuente: CuentoRelatos

    ... podría haber escogido un consolador más grande. —Roberto hizo una pausa mirando a los ojos de su novia, y esperó.
    
    —Mi señor, es el más grande con el que me atreví como me pediste.
    
    —No lo creo, ¿acaso la muchacha de la tienda no te ofreció enseñarte más?
    
    —Si mi señor, pero este me pareció lo bastante grande.
    
    —Yo no lo considero así, de modo que compré uno más grande, a diferencia del que cogiste tú este hace más curva, y es más o menos igual de grueso, pero unos tres centímetros más largo. Por lo tanto mereces un castigo ¿no te parece?
    
    Carolina se puso en modo frío de nuevo.
    
    -No lo creo mi señor, cogí el más grande con el que me atreví.
    
    —¿Qué pasa cuando no estamos de acuerdo sobre si has hecho algo mal o no?
    
    -Lo que pasa siempre mi señor, se hace lo que usted diga, por eso es el amo.
    
    —En ese caso creo que mereces un castigo, no parece que te haya gustado la idea de que te graben, o te saquen fotos comprometidas, ese será tu castigo esta vez, vamos, probarás el consolador que te he traído.
    
    Roberto le quitó totalmente la venda, y el plug anal que dejó junto al huevo con su tanga, desencadenó las manos de Carolina y le dejo la mordaza colgando a modo de collar, de donde la agarró y la llevó a la habitación, sacó el consolador y lo pegó al suelo a los pies de la cama muy cerca de esta, Carolina tendría que agacharse para masturbarse mucho debido a los tacones, se le daba bien hacer sentadilla, el gimnasio estaba a punto de demostrar su valía, por ...
    ... suerte podría apoyar sus brazos en la cama tras ella.
    
    Nunca se habían masturbado juntos ni uno frente al otro, se masturbaban entre sí, esto era una experiencia totalmente nueva, el voyerismo, grabarlo todo, las órdenes, la masturbación, el consolador... todo era nuevo, y ambos estaban excitados por ello, pero al mismo tiempo Carolina se sentía muy avergonzada, aunque era un sentimiento que no le impediría cumplir su papel tan bien como supiese.
    
    Mientras Roberto preparaba la cámara y el trípode, y escogía una canción concreta, una lenta que a él le gustaba, colocó un sillón frente a Carolina al lado del trípode y se desnudó en parte porque tenía calor a pesar de que estaba encendido un ventilador de techo, en parte para intentar excitar a Carolina y que no se avergonzara por lo que tendría que hacer.
    
    Se sentó en el sillón cuando todo estuvo listo y empezó a dar órdenes.
    
    —Quítate el tanga, y colócate sobre el consolador como te sea más cómodo, escucha la música y siéntela, vas a tener que darte placer hasta que te corras, si tardas más de quince minutos seguro que me habrás puesto muy cachondo y tengo pensado otro castigo para ti después, si te corres antes de eso, te recompensaré, también he pensado en cómo.
    
    Carolina estaba a punto de colocarse frente a la cámara a pesar de sus reparos pero en el último momento se le ocurrió una cosa, y con su tono serio dijo.
    
    —A mi señor le importaría si utilizo el antifaz de mariposa para que no se vea mi rostro en la ...
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