1. Heil mama (Cap. 4)


    Fecha: 25/09/2019, Categorías: Incesto Autor: DocJoliday, Fuente: CuentoRelatos

    ... por imaginarlo. Al menos había sido con la viciosa de mi tía, y no con mi santa madre, y no me sentía culpable en absoluto.
    
    Pasados unos minutos, Merche se sentó en el colchón y se estiró, levantando los brazos sobre la cabeza, ronroneando como una gata satisfecha. Buscó su ropa, tirada por toda la furgoneta, y comenzó a vestirse.
    
    —Ha sido un placer conoceros, muchachos, pero debería irme a casa o mamá me echará la bronca.
    
    Al decir aquello me miró de reojo y me dedicó una sonrisa perversa. Estaba demasiado cansado para enfadarme, así que lo dejé correr. Mis colegas también se pusieron las prendas que se habían quitado y Román nos llevó a casa. Mi tía se despidió de ellos con un beso en la mejilla, bromeando y dándole palmaditas en sus cabezas rapadas.
    
    Estaba amaneciendo cuando entramos en casa. Fuimos a la cocina, donde mi tía se sentó con un vaso de agua y se quitó los tacones. Yo estaba muerto de hambre, así que me puse a hacer un sándwich.
    
    —¿Quieres comer algo, tita?
    
    —No, gracias. Será mejor que me dé una ducha. No quiero que tu madre se ...
    ... levante y me encuentre con el maquillaje corrido y oliendo a macho.
    
    —Sshh, baja la voz —dije, mirando a la puerta de la cocina. Mamá madrugaba mucho, y aunque hubiese salido la noche anterior no tardaría en levantarse —. Por cierto... No le vas a contar lo que ha pasado, ¿verdad?
    
    —¿Estás tonto? ¡Pues claro que no!
    
    Se bebió el agua, soltó un gran bostezo, se levantó y se tambaleó en mi dirección. Debía de estar hecha polvo después de tanto meneo. Me dio un abrazo que no supe interpretar muy bien y salió de la cocina. Me quedé allí comiéndome el sándwich y pensando. Hasta el día siguiente no sabría las consecuencias de lo ocurrido ni como había cambiado mi relación con Merche. Puede que lo ocurrido hubiese sido fruto solamente del alcohol y la situación, un hecho aislado que no volvería a repetirse. O puede que a partir de entonces el cuerpazo y los jugosos orificios de mi tía estuviesen disponibles para mí siempre que quisiera, a solo una puerta de distancia. Terminé de comer y me acosté, sonriendo como un imbécil a pesar de las dudas.
    
    CONTINUARÁ... 
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