Mi mujer y su amante
Fecha: 06/09/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: atilale1, Fuente: RelatosEróticos
Julia entró en la tienda de lencería. Ya era bastante conocida allí porque iba a menudo ya que las prendas que vendían se adaptaban muy bien a su cuerpo. No era amiga con la dependienta pero se caían bien y hablaban bastante mientras se probaba la ropa.
Tras un saludo muy cordial, Julia empezó, como siempre, mirando las rebajas de la semana.
- ¿Que tal, le gustó el ultimo conjunto a tu marido?, preguntó la dependienta.
- Pues, no se, es que llega muy tarde del trabajo y no tenemos mucho tiempo a solas. Estoy esperando el momento adecuado…
- Bueno, mujer, no te preocupes, seguro que muy pronto tendrás oportunidad de estrenarlo a lo grande… le contestó la dependienta, sonriendo.
- Sí, seguro que sí.
Julia cogió un modelito y empezó a mirarlo. Era un camisón muy cortito con una bata, a juego, también muy cortita. El conjunto era muy sexy, pero sin serlo demasiado. La vendedora le comentó a Julia que era un modelo muy bonito y que podía servir tanto para dormir cómoda que para “caldear” un poco el ambiente.
- Además, si le añades unos zapatos de tacón, medias y un liguero, quedará precioso, dijo la dependienta con una mirada cómplice.
- Estoy de acuerdo con ella, dijo una voz de hombre.
Las dos se giraron, sorprendidas.
- Hola Julia, dijo el hombre.
- Ay, hola… Pepe, contesto Julia. ¿Como sigues?
- Muy bien, pasaba delante de la tienda y al verte, me he parado para saludarte.
Julia y Pepe se conocieron unas semanas antes, en la presentación ...
... de un libro. Habían hablado un rato e intercambiado las tarjetas profesionales. Habían tenido un buen feeling, pero nada más.
- Perdonad la interrupción, pero cuando he oído vuestra conversación, no he podido dejar de intervenir. Creo que el color de este conjunto, te quedaría muy bien, y los tacones con las medias resaltarían aún más las líneas de tus piernas…
Julia se sonrojo. Pepe, al darse cuenta de lo que acababa de decir, se sintió un poco incomodo también: no sabía como iba a reaccionar Julia, ya que la conocía muy poco.
Fue la vendedora que rompió el silencio molesto que se instaló:
- Ves, Julia, ya somos dos en decir que te quedaría muy bien, dijo ella.
- Pruébatelo y veras que bien te queda, siguió ella.
- Y si quieres, me lo enseñas y te diré como te queda, dijo Pepe con un guiño de ojo.
Los tres se rieron del “chiste”.
Pepe no se quedó parado ahí. Cogió un tanga que hacía juego con el camisón y se lo enseñó a Julia:
- Vez, además puedes, si quieres, también ponerte esto que queda aún más sexy…
Y añadió:
- Si te parece, como no tengo prisa, me espero que acabes tus compras aquí y después nos vamos a tomar un café.
La vendedora, que no perdía de vista su negocio, puso en las manos de Julia el camisón, el tanga y el sujetador que iba a juego y la envío a probárselo.
- Usa el probador de la izquierda: estarás más cómoda, y de momento no hay nadie, le dijo la dependienta.
Julia, un poco alterada por lo que pasaba, cogió todo y ...