La flor que me robé -2 (pero no última parte)
Fecha: 26/09/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Hunter, Fuente: CuentoRelatos
Ya estábamos calientes los dos pero Javierín decidió que era muy fuerte para él. Como yo le llevaba ventaja en kilos, estatura y años lo sostuve con fuerza por el cuello y seguí acariciándolo, ahora un poco más rudamente. Más intenso. Mi dedo lo mojé de nuevo y volví a meter en su huequito. Cuando forcejeó le apreté un poquito más el cuello y le dije que se relajara, que ya habíamos empezado y que no íbamos a acabar tan pronto.
Busqué un poco de crema lubricante y le metí dos dedos más en el hoyito. Se meneó un poco y vi como se le comenzaron a salir las lágrimas. Al verlo tan indefenso la pinga se me paró a full, una piedra de carne. Lentamente comencé a cambiar la posición y volví a colocársela entre las nalgas. Con un dedo le abría el culo y por el otro lado comencé a enterrarle la verga. Con la cabeza solamente se meneó un poco más pero sin mucha fuerza. Volví a mojarme el pico y se lo fui metiendo poco a poco hasta que sentí que se aflojaba. Un poco más y le entró toda, completa, hasta los huevos. Mi pubis rozaba contra sus nalguitas y tuve que abrirlas para que él sintiera como le quitaba la virginidad, por lo menos eso creía yo. Se la metí y saqué varias veces, hasta a mí me dolía de lo apretado que tenía ese hueco. En una de esas vi un poquito de sangre y mierda y lo llevé casi cargado al baño.
Ahí nos lavamos y le dije que iba a enseñarle a hacerse una ducha anal así que tenía que estarse quieto. Lo senté en la taza del servicio y le puse los pies contra la ...
... pared del baño. Luego le metí la manguerita lubricada bien adentro del culo, abrí y le dije que apretara. Cuando ya me di cuenta que estaba bien aseadito lo metí al baño y lo bañé con una ducha caliente. Sentía que estaba llevándome un maniquí, me obedecía casi por instinto, mirando al techo. Su verga estaba dormida, casi invisible. Le unté el cuerpo con crema y lo llevé a la cama.
Lo tiré bocabajo y me lancé a lamerle las nalgas, el culo se lo abrí con fuerza y metí mi cara para sentir ese hueco palpitante. Como no aguantaba la arrechera me puse un poquito de crema lubricante en la verga y volví a metérsela. Ahí si chilló, como una perra en celo. Con mi peso lo apretaba contra la cama y le tapé la boca, no porque alguien iba a escucharlo sino porque así lo sentía más dominado.
Casi ni se movía cada vez que me pinga entraba y salía toda de su culo. Le quedaba abiertote, como si fuera una boquita gritando, afuera rosadito y adentro rojo. En un momento sentí que estaba mojadito y vi una mancha de sangre, roja y caliente. Le seguí dando su huevera, la verdad es que cuando comenzó a llorar lo que hizo fue ponerme más arrecho. Cuando sentí que me iba a venir lo aplasté más con mi cuerpo y le agarré la cara con una mano para empujarlo para atrás.
Volvimos a asearnos y nos bañamos. Lavé todo, limpié las sábanas y le puse una crema cicatrizante en el culo. Nos acostamos los dos y él se quedó dormido totalmente, exhausto. Todo el culeo demoró como una hora. Le tomé un montón de ...