1. YO TENIA DOCE AÑOS


    Fecha: 29/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... hermana menor estaba bien peluda y cuando el asunto del talco, abrió las piernas y pude ver que rica panocha tenía… escuché como en voz muy baja mi hermana mayor le decía que solo era una rozadura, pero ella se quejaba que le ardía… entonces le aplicó una pomada en los labios vaginales que pude ver con verdadero placer y ya que vi tan hermoso espectáculo, vacié mi leche y ya no quise ver más… todos dormíamos y yo estaba cansado de las fatigas del campo y de la masturbación que acababa de tener… Fue al día siguiente cuando iniciaba mis labores de desgranar el maíz, cuando aparecieron en el pasillo de la entrada la comadre de mi abuela con su hija Quetita… vi a la niña de reojo y ahora traía un vestidito azul zapatitos blancos y yo mismo me reprendí por que solo era una nena inocente, y yo era un niño degenerado, pero en el fondo me convenía que fuera inocente por que así yo podría tocarla y verle la panochita sin ningún pendiente y además sería un secreto. Nadie se enteraría. La abuela le dio a la madre de Quetita una sábana repleta de ropa mientras yo seguía con mis labores. Casi de inmediato la niña acudió donde yo estaba… me tomó de la mano y me dijo que fuéramos a la huerta… yo no podía abandonar la faena, pero mi complaciente abuela me dijo: Lleva a la niña… cómanse una fruta y regresas a tus que haceres. Obedecí a mi abuela y la tomé de la mano… la niña me seguía dócilmente, pero una vez que entramos en la huerta, la niña señaló la piedra y me dijo: ¿hacemos groserías ...
    ... como aquel día?. para la niña hacer groserías era algo malo pero sabroso, evidentemente a la niña le gustaban estos juegos, de tal modo que yo volteé para todos lados para cerciorarme que nadie nos veía y entonces la niña por su propia iniciativa dio por hecho que yo aceptaba y se subió a la piedra levantándose el vestidito azul y bajándose los blanquísimos calzoncitos que esta vez no tenían olanes… yo me saqué la verga que quedó justo a la altura de la carita de la niña que quedó boca arriba… el juego había empezado… la niña se ladeó un poco y tomó con las dos manitas mi parado pito que ya lo tenía fuera del pantalón y empezó a acariciarlo con sus manitas llevándolo a su mejilla… yo por mi parte estaba maravillado de tener el bizcochito de la nena casi en la cara… abrí los gruesos labios de la panochita y esta vez no encontré grumos de cebo… su panochita le olía a jabón… pero estaba como hinchadita, coloradita, y ahora empezó a destilar sus fluidos vaginales, lo cual me causó mucha admiración, pues de proto creí que se le había salido algo de orines, pero era su disposición para ser penetrada, lo cual yo ignoraba en esos días. Sus líquidos me ayudaron a que mis dedos resbalaran cariñosamente a lo largo de su vagina, la sensación de que mis dedos resbalaban deliciosamente por el líquido baboso que fluía era deliciosa… las piernas de la niña quedaron abiertas totalmente y mis dedos hurgaban su rica palomita mientras la niña jugueteaba con mi pito embarrándoselo en sus mejillas y ...
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