1. Secreto de 4


    Fecha: 02/10/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Ernest, Fuente: CuentoRelatos

    Una maravillosa sesión de sexo a escondidas...
    
    —¡Estas tetas me vuelven loco!
    
    —déjalas ahí, ¿qué te pasa? ¿estás loco?
    
    —vamos, abre la llave del fregadero para que no nos oigan.
    
    —¡ya! ¡no me metas las manos por ahí!
    
    —¿qué pasa? a que te gustan estos pellizquitos...
    
    —¡deja ya!, que nos van a oír.
    
    —no mujer, que del otro lado no se oye nada.
    
    —pero es muy arriesgado, en cualquier momento podrían entrar y si nos encuentran en estas faenas, nos va a ir muy mal a los dos.
    
    —¿qué pasa? ¿es que ya no te gusta que te haga cositas?
    
    —sí tonto, es que tengo miedo...
    
    —y eso, no te excita? mira, mira, ¿que tenemos aquí abajo?...
    
    —saca la mano de ahí, que me vas a desacomodar las bragas.
    
    —vamos, crees que no sé qué te pusiste esa minifalda para que yo te vea.
    
    —bueno si, pero eso no te da derecho a hurgar debajo de ella, ahhh!
    
    —calla!, ¿quieres que se acabe la diversión tan rápido?
    
    —vaya, ahora eres tú el que se preocupa.
    
    —claro, porque quiero divertirme más, esto es solo un preparito...
    
    —aaahhhh ¡que rico! esos dedos son pura magiaaaa, ooohhhh...
    
    —ves que te gusta, déjame bajarte las bragas.
    
    —no por favor, si lo haces sabes que no podré detenerme, no seas malo.
    
    —deja... así, así... eso es, ves que fácil era, ummm que rico huele.
    
    —ahh ahh ahh, me tienes jadeando con esos dedos, ahh ahh ahhhh...¡ noo!, por el culo noooooo aaaaahhhhhhh!
    
    —¡mira con qué facilidad entro mi dedo en ese culote tuyo de ensueño!, vaya si lo estas ...
    ... disfrutando...
    
    —calla y muévelo más rápido.
    
    —ya sabía yo que esto te gusta, ¿no?
    
    —aaahhh... ooohhhh... siiiii...
    
    —déjame chuparte ese chocho caliente, date vuelta.
    
    —bueno, pero date prisa, que hace rato estamos aquí en la cocina y mi marido o tu esposa podrían sospechar.
    
    —olvídalo, esos están demasiado borrachos como para darse cuenta de lo que estamos haciendo aquí, pero tienes razón, mejor me daré prisa...
    
    —¿qué haces? ¿por qué te bajas los pantalones? ¿estás loco? ¡mira como estas!
    
    —¿que como estoy? ¡así me tienes tú! ven, déjame sentarte en la mesa del centro para...
    
    —no, bueno si, espera un poco...
    
    —así, ahora vamos, abre las piernas, déjame llenarte con este pedazo de polla, que yo sé que es lo que tú quieres, uufff!... déjame subirte la pierna de esta formaaaahhh...
    
    —¡aaaahhh! ¡qué ricoooo!
    
    —aahhhh, vaya si estas caliente, mira como salió mi polla: ¡reluciente!, ahora vas a ver lo que es bueno, espera para que veas como te la clavo, toma, toma, toma, toma, asiiiii, hasta el fondo.
    
    —me estas matando, no sé si... aahhh... podreeee...quedarme callada por mas tiempooooo! ¡sigue, sigue, no te detengas!
    
    —te gusta, ¿verdad? ¡seguro que así no te clava el cornudo de tu marido!
    
    —no, tú lo haces mejor, sigue, sigue...
    
    —toma así, así, así, así, así, ahhh, ¡que rica estas!
    
    —siii, siii, siii, sigue, vamos, ¡ahhh!
    
    —quieres que te llene de leche, ¿verdad?
    
    —no, espera, dame un poco más, ¿sí?
    
    —no sé si pueda, tu concha está que ...
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