1. Luis, perfecto macho.


    Fecha: 05/10/2019, Categorías: Gays Autor: Ernesta, Fuente: SexoSinTabues

    ... ofrecerme a Luis, pero no me decidía, siempre quedaba la duda de su reacción, podría molestarse, golpearme o acusarme, eso me daba terror, decidí que lo mejor era esperar que las cosas pasaran como debían pasar, nada de provocaciones, aunque estaba muy excitada y era difícil ocultar la erección que me provocaba pensar en él. No tardó en aparecer con dos botellas, se veía de buen ánimo y con ganas de conversar, para mi sorpresa, no tardó en colocar temas sexuales, yo escuchaba con atención como me contaba sobre sus aventuras, sin dar nombres, me decía las cosas que le gustaban en una cama, yo me las imaginaba con facilidad, mi mente se elevaba soñando en ser una de aquellas damiselas que tuvieron la suerte de comerse a tan rico espécimen. “A ti te gustan los hombres, ¿cierto?”, me puse nerviosa, pero no quería ocultarle nada, tal vez era la oportunidad que esperaba, “sí, me gustan los hombres, pero no le digas a nadie por favor”, le pedía casi suplicando, “no te preocupes, yo tengo varios amigos como tú, a más de alguno le hice el favor, así que tu secreto muere conmigo”, eso me tranquilizaba y me sorprendía al mismo tiempo, “¿te has acostado con algunos hombres?”, “sí, con los jovencitos, aprovecho de enseñarles”, “¿quieres enseñarme a mí?”, estuvo en silencio unos segundos, “no, a ti quiero metértelo no más, te ves rica”, “estoy dispuesto para ti, si quieres”, se levantó del lugar en el que se encontraba sentado, se sacó la polera, pude al fin acariciar ese busto, estaba ...
    ... durito, y su pene sobresalía de su pantalón, “ven, acuéstate dentro de esa caja”, indicándome una caja que estaba sobre otra, sin pensarlo lo hice, me acosté boca abajo, él se montó de inmediato sobre mí, sus manos acariciaban mi culito por sobre el pantalón, sus manos se movían apretando fuerte, era delicioso sentir a un macho así de caliente por mí, las otras veces solo me culiaron, esta vez era diferente, comenzó a respirar fuerte, haciendo evidente su calentura, me pasaba la lengua por el cuello, me hablaba al oído, “estas rica”, “buen culo tienes ahí”, era innegable que yo estaba ardiendo y que deseaba que cuanto antes me metiera ese tronco erecto que podía sentir sobre mí entonces el bajó mi ropa y bajó la suya demostrando experiencia en aquello, “abre las piernas” lo hice de inmediato, me frotaba su pico por poto, estaba mojadito y gigante, traté de tomarlo, al fin lo conseguí, era grueso, su cabeza era enorme, era el pene más grande que había tenido hasta ese momento, no era muy largo, unos 18 centímetros calculaba, él se acomodó sobre mi espalda, con su manos separó mis nalgas, su chuto comenzó a buscar, su respiración me calentaba demasiado, no podía creerlo, entonces entró de golpe, me dolió, un quejido suave, intentando reprimir cualquier grito, sin embargo, era imposible no quejarse, mi ano estaba seco, aunque entró sin mayores dificultades, lo sentí de inmediato, “¿te duele?”, ¿cómo me preguntaba eso?, claro que me dolía, pero no quería hacerlo sentir mal, “tu pico ...