1. Las Mujeres de mis Amigos son Sagradas


    Fecha: 05/10/2019, Categorías: Anal Sexo en Grupo Hardcore, Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... le queda un rato. ¿Tomamos una copa? - preguntó Elena-Por mí bien.Cuando se dio la vuelta y mis ojos se posaron en su precioso y tentador culito, enfundado en aquel vestido estampado, no pude por más que notar como mi polla empezaba a dar signos de vida. Antonio y fuimos al salón y nos sentamos en el mismo sofá, pero en los extremos. Ambos callados.Al poco apareció Elena con tres copas. Cubata para mí y gin tonics para ellos. Se sentó entre los dos. Los tres cogimos nuestras copas y bebimos un sorbo.Pasó casi un minuto sin que ninguno dijera o hiciese nada. Al fin Antonio dijo algo.-Vaya tres, ¿No? Jajaja.Reímos los tres, relajando un poco la tensión del momento.Entonces, Antonio acercó su boca a la de Elena y la besó. Yo me quedé mirando como sus labios se entreabrían y como sus lenguas se enredaban la una con la otra. Enseguida llevó una mano a una de las tetas de su mujer y empezó a acariciarla. Los gemidos de ella terminaron de ponerme la polla dura. Seguí mirando aquel apasionado beso, sin atreverme a participar.Mi amigo le susurró algo al oído a Elena. Ella se giró hacia mí y me miró fijamente a los ojos.-Mi marido quiere que te bese - dijo.Acercó su boca a la mía y nos besamos. Un beso intenso, sin preliminares. Boca contra boca, lengua contra lengua. Ella gemía mientras yo oía como Antonio le seguía besando en el cuello. Ya sin pedir permiso, llevé mi mano a su otro pecho y lo acaricié. Noté enseguida que no llevaba sujetador y que sus pezones estaban duros como ...
    ... piedras.Su boca fue yendo de la mía a la de Antonio. Mientras él la besaba yo la miraba. Mi deseo reprimido de tantos años, con el beneplácito del marido de aquella bella mujer, hizo que bajara mi mano lentamente por su cuerpo, llegando a sus caderas y luego a sus muslos, los cuales acaricié. Mientras ella seguía gimiendo y comiéndole la boca a Antonio yo metí la mano entre sus muslos y la fui subiendo, lentamente, acariciando su suave y cálida piel.Elena giró la cabeza y me besó a mí. Abrió sus piernas todo que aquel ajustado vestido se lo permitió, que no fue mucho, pero sí lo suficiente como para que mi mano, bajo la atenta mirada de Antonio, llegara hasta su coño.-Antonio, tu mujercita no lleva bragas - le dije al tiempo que le pasaba dos dedos a lo largo de su encharcada rajita.-¿A ver? - exclamó Antonio, metiendo una de sus manos y siguiendo el camino de la mía.Elena se contorsionó de placer sobre el sofá al sentir varios dedos recorrer sus partes más intimas. La besé, metiendo mi lengua en su boca al tiempo que frotaba su clítoris con mis dedos. La noté estremecerse, tensarse. Cerró las piernas y atrapó nuestras manos entre sus muslos, presa de un intenso orgasmo.-¡Joder! Se está corriendo. Has hecho correr a mi mujer con solo tocarla - dijo, incrédulo, Antonio.Elena, con su boca tapada por la mía no podía decir nada, solo resoplar y gemir de placer. Su orgasmo fue largo e intenso. Cuando terminó saqué lentamente mi mando de su entrepierna y la besé ahora con suavidad. Me ...
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