1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (1)


    Fecha: 07/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... Pablo. -miraba entre mis piernas viendo su polla goteando líquidos, los testículos que se le movían con sus movimientos al forzar los hombros para meterme la lengua.
    
    -¡Pablo! ¡Pablo! ¡Pablo! No te detengas, no, no, no, vas a conseguir que me corra, ¡qué placer! Ummmm, rico, rico, rico.
    
    Me volvía loco y para no correrme cerraba el ano aprisionándole la lengua.
    
    -¿Te gusta bonito, te gusta? -casi no le entendía por el chapoteo húmedo que su boca producía. Vaya que si me gustaba, nunca, nunca, nunca me habían hecho esto, ni Alejandro me había chupado de esta manera, no sabía que se pudiera gozar tanto con una lengua maestra en el ano.
    
    Pensé en las veces que había sido cogido, tan rápido, tan sin sentido y ahora esto era distinto, otro nivel más arriba, el cielo mismo. Sonó un beso sonoro, muy fuerte, fortísimo mientras aspiraba mi ano, sentía las tripas removerse y la angustia del placer inaguantable.
    
    -Por ahora basta, precioso, te voy a meter la verga. -me propinó un cariñoso azote sin fuerza y sujetándome por la cintura me dio la vuelta, dejándome la espalda sobre la cama. Me recogió las piernas sobre el pecho dejándome el ano expuesto, se chupo dos dedos y me penetró con ellos, era muy placentero sentirlos deslizarse hasta el fondo y luego como los estiraba, como un maestro, para ancharme el ano al tamaño de su herramienta.
    
    -Estas abierto pequeño, no necesitas lubricante. -se agarró la polla y no sabía si mirar aquel ariete de carne que ya me apuntaba en la ...
    ... diana del culo, o su cara húmeda de las babas y saliva con las que había lubricado mi culo. Se la masturbó unos segundos para ponerla más dura y dejo caer saliva sobre ella, sentía la necesidad de lamerla, estaba tan roja, con las venas para explotarle.
    
    -Déjame que te la chupe, muero por mamarla, ¡que rica se la ve! -dejó salir una risita de la boca.
    
    -Habrá tiempo para todo, no desaparecerás mañana, ahora dale gusto a mi polla con tu culito. -se inclinó hasta rozar la punta de la nariz con la mía.
    
    -¿Estás preparado?
    
    -Sí, sí, sí, dámela ya, métela en mi culito. -se bajó hasta mi boca y me besó metiéndome la lengua. Sabía deliciosa y la tenía muy caliente por haber estado jugando en mi culo.
    
    -¿Te gusta el sabor de mi boca?
    
    -Sí, me gusta me vuelve loco.
    
    -Sabe a tu culito, así sabe tu rico culo. -lo nombraba y era como si lo llamara para que se abriera para recibirle. Me tenía en un estado de tensión inaguantable.
    
    -Por favor Pablo métela ya. -se colocó arrodillado y embocó la verga en mi hoyo, en lugar de dejarse caer para enterrarse en mi y clavarme, fue tirando de mis piernas haciendo que yo me moviera.
    
    Sentía la presión en mi culo, el glande ocupando toda la cavidad del mi hoyito, el glande esponjoso y redondo haciendo presión, sus manos tirando de mi acercándome sin remisión y gemí al estirarme el anillo y sentir la punta invadiéndome el ano.
    
    -¡Ayyy!
    
    -¿Te he hecho daño? Solo ha entrado la punta.
    
    -Sigue por favor, estoy bien. -estaba bien ...