1. Secretos de un sacerdote


    Fecha: 10/10/2019, Categorías: Gays Autor: Carlos0000, Fuente: SexoSinTabues

    Hola mi nombre es Carlos y este es mi primer relato que escribo, espero y les agrade. Esto paso cuando tenía casi 10 años. A esa edad debía de hacer mi primera comunión y mi confirmación, pero tenía que tomar clases antes y así fue como comencé a ir los sábados al catecismo para prepararme y todo eso antes de mi sacramento. La iglesia en si no me quedaba lejos me tardaba como cinco minutos en llegar, entraba a las nueve, salía al receso a las 10:20 y salía a las 11. Mi mamá me llevaba y me recogía siempre, aunque llegara tarde yo la tenía que esperar a la salida, el primer día nos firmaron por edades yo tenía 9, había niños y niñas desde 6 a 12 años. Estando ahí en el patio de la iglesia nos recibió el padre, lo describiré un poco, era un hombre de 1. 80, no era gordo pero tampoco delgado, estaba en forma, se veía tan varonil, con su barba de candado, cabello corto, y qué decir de su mirada, una mirada tan sexi, provocadora, que me encantaba verlo siempre a los ojos, bueno no sólo sus ojos sino también su boca, era un hombre maduro muy lindo al expresarse y al hablar, él en ese momento tenía 33 aún era un sacerdote joven; en fin nos dio la bienvenida y nos presentó a las catequistas de cada grupo y el lugar donde estaríamos. Mi estancia ahí pues me pareció normal, era como ir a la escuela pero en sábado, tenias compañeros de tu edad, como una profesora y el descanso, así que en ese aspecto no me preocupaba. Pero cada domingo debíamos de ir a misa, nos tomaban asistencia y ...
    ... si no íbamos nos ponían falta. Pasaron las clases, varios sábados, domingos y sentía que cada vez más sentía algo de aprecio al padre, admiración. Nunca había hablado con el, solo cada que lo veía le sonreía tal vez a esa edad no sé cómo el lo veía pero pues yo a esa edad sabía que quería provocarlo, el también solo me sonreía y un día pasó… A la hora del recreo unos hombres trajeron unas cosas en bolsas negras, comentaron que eran para darlo en donación, los hombres dejaron las cosas afuera del cuarto del padre, ya que el padre se quedaba en la iglesia, tenía pues si, su casa era pequeña solo lo necesario, regularmente los sábados no se encontraba, ese día si estuvo ya que iban a llegar esas cosas, el comenzó a meter las cosas eran muchas, recuerdo que se acabo el receso pero no quería entrar a clase, decidí acercarme al padre. C- Hola, Padre ¿Cómo está? P- Hola hijo…mm ya ve a tu salón que ya acabo el descanso. C- oh, cierto no lo había notado, pero es que veo que son muchas cosas que debe de meter y me preguntaba si podía ayudarlo. P- No, no te preocupes yo lo hago ahorita, usted váyase ya, que ya se metieron todos. C- Enserio deje le ayudó. P- No, no quiero que cargues, no te vayas a lastimar por el peso. C- Pero quiero ayudar, mi catequista dice que eso es bueno ayudar a las personas, además puedo cargar cosas pequeñas, tome una caja pequeña que estaba en el suelo y le dije que no pesaba. El dio un suspiro y dijo – Está bien puedes ayudar mételas adentro de mi cuarto, ...
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