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Compañera de trabajo (Parte II)
Fecha: 07/09/2017, Categorías: Hetero Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos
Ella obedece sin rechistar, y arquea deliciosamente su espalda para ofrecerme su sexo de nuevo. Me hundo en ella, y empiezo un vaivén frenético que nos hace gritar a las dos. Nos vaciamos por completo. Tras unos segundos para reponerme, me tumbo en la cama, atrayéndola hacia mi pecho. Ella suspira satisfecha y cierra los ojos con una sonrisa. No puedo evitar que la ternura se apodere de mi mente, y la beso en la frente con cuidado. -Bienvenida a mi mundo de placer -susurro, pero ella ya se ha quedado dormida. Me despierto completamente sola en mi enorme cama. ¿Dónde demonios se ha metido Elsa? Me pongo de pie de un salto y salgo a buscarla por toda la casa, sin éxito. La llamo sin conseguir respuesta, termino desnuda, y completamente frustrada en mitad del salón. -¡Maldita mujer! No tengo medios para contactar con ella, pues hasta mañana en el trabajo. Y la solución no la encuentro, no asiste a la reunión diaria e indago con cierta cautela, solo saben decirme que ha pedido días de vacaciones, y como no voy a encontrar la solución dejo de preocuparme, incluso de averiguar su número de teléfono. Hasta que llega su llamada. -Sí tú quieres, cariño, por supuesto. -Quiero -insisto. -¿Qué te parece el sábado por la tarde? -Estupendo -ella pone la hora y el lugar Me encamino hacia el café, donde se encuentra Elsa. Al fondo sentada en un sofá, con la cabeza apoyada en el respaldo y los ojos cerrados. La observo y al tenerla ante mí hace que mi cuerpo se ...
... relaje. Sin hacer ruido, camino hacia ella. Dicen que cuando alguien te observa detenidamente, su cuerpo se alerta y lo percibe. Quiero ver si es cierto. Pero mi impaciencia me puede y, acercándome a ella, poso los labios sobre los suyos y la beso. Se sobresalta, abre los ojos y murmura confusa: -Perdóname, por favor, me he quedado traspuesta. -No, perdóname tú a mí. ¡Por favor! -Mientras tomo asiento a su lado.- El otro día todo se me fue de las manos. -Caprichosa… Seguramente tienes razón. Soy caprichosa. Pero caprichosa de tí. De nuestra sexualidad loca y salvaje. -¿Estás segura? Asiento y musito: -El placer no ocupa lugar. -Dirás el saber… -puntualiza divertida. Estoy encantada de estar a su lado. Mientras me comenta la huida a casa de sus padres para tomar decisiones y, no solo fueron mis palabras las que le decidieron poner fin con el absurdo de su relación. -¿Por qué he sido tan tonta? Dispuesta a disfrutar de ella, me aprieto contra su cuerpo y la beso. Así estamos unos segundos, hasta que Elsa se separa, me mira y murmura: -Lo siento, cariño. Lo siento. Te prometo que nunca más volverá a pasar. Deseosa de notar sus labios y sus caricias, digo mientras la beso: -Lo sé, pero tenemos que hablar. -Sí. -Ahora -insisto. -Tienes razón, debemos hablar. -Luego -digo ahora yo, excitada. Ella sonríe y, apretándose contra mí, comenta: -Debería asearme. Creo que… -Espera un poco… -se lo repito. Sin apartar los ojos de ...