1. Mi preciosa y sexy mucamita (II)


    Fecha: 07/09/2017, Categorías: Hetero Autor: beto69, Fuente: CuentoRelatos

    Uniformes de trabajo
    
    —Tenés 94 de busto, 62 de cintura y 92 de cadera; nada mal… —Le dije, complacida, a Eulalia.
    
    —¿Nada mal para qué señor? —preguntó.
    
    La chica que había contratado como mucama tenía 18 años, era esbelta, de 1.72 centímetros de altura; muy linda de cara, ojos marrones y cuerpo espectacular; pelo largo hasta la cintura, castaño claro, tez blanca.
    
    Con las medidas tomadas a Eulalia fui hasta el shopping, a un coqueto negocio de lencería en donde las repetí.
    
    Además de cinco juegos de tanguitas, culottes, corpiños pequeños -todos de seda, transparentes, colores blanco, rojo, negro, rosa y dorado, adquirí dos baby doll, de encaje, negro y rojo.
    
    Luego entré en un local de ropa femenina de moda actual y le dije a la empleada que necesitaba ropa deportiva y sexy para regalarle a mi joven novia, además de un vestido elegante, también sugerente. Di las medidas de Eulalia y su altura.
    
    —Debe ser hermosa su novia… con esa estatura y esas medidas… estoy segura que es jovencita… ¡Lo felicito! —exclamó la vendedora, una mujer de alrededor 35 años, muy sexy.
    
    —Así es, no se equivoca usted. Es preciosa. Y por eso quiero verla bien vestida para mí. Y bien sensual…
    
    —Le daré la mejor ropa, la que le encanta a una chica cuando se la pone para su amante o… Esa es la idea, supongo… —dijo la mujer guiñándome un ojo.
    
    —Veo que me entendés…
    
    —¡Cómo me gustaría que un hombre me regalase ropa así!, después haría lo que él quisiera…
    
    —Pasame tu Facebook y ...
    ... quien sabe… —le dije.
    
    Compré cuatro minifaldas cuyo tamaño me pareció que entraban en un bolsillo de mi pantalón; cinco remeras cortas que dejaban visible la cintura y ajustadas para resaltar los pechos; dos camisas top transparentes; tres vestidos sueltos cortísimos y otro más largo, pero igual de sensual.
    
    Al salir de allí entré en una perfumería de nivel y pedí Carolina Herrera, desodorante, jabones, cosméticos varios y artículos femeninos que incluyeron desde toallas hasta protectores para la regla.
    
    Todo lo pedí aclarando que era para una joven muy linda. En una zapatería compré dos pares de sandalias taco alto, dos sandalias taco bajo y un calzado deportivo. Por último, en una casa de uniformes, compré dos delantales de cocina, uno negro y otro blanco. Los elegí cortos. Me imaginé a Eulalia con eso puesto, sin nada debajo…
    
    Asombrada Al llegar a mi casa, todo estaba impecable. Desde la cocina se desprendía un sabroso olor a carne asada y sopa. Le pedí a Eulalia que me sirviese la comida y con las bolsas que cargaba me dirigí hacia su cuarto. Saqué todas las prendas y las coloqué sobre su cama. Luego entré a mi pieza y me vestí con un pantalón corto –sin calzoncillo debajo−y una chomba.
    
    Todo estaba acomodado y la sorpresa fue encontrar la bombachita usada de Eulalia, con la que me había masturbado y acabado dos veces, extendida sobre la almohada. Sorprendido y excitado advertí que los 9 DVD pornográficos que tenía al costado del televisor estaban acomodados. ...
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