Mujer seria y respetable (V)
Fecha: 13/10/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Ventroig, Fuente: CuentoRelatos
A veces parece que la vida de un Dominante es fácil, y no lo es para nada, es mucho más complejo de lo que puede parecer, y además contiene mucha carga mental también.
Un Dominante no hace lo que quiere, un Dominante se rige por una serie límites impuestos y aceptados por la sumisa, lo que conlleva y se entiende que la sumisa “siempre hará lo que su amo le pida, pero nunca nada que ella no desee”
Lo que sigue es una opinión que leí en algún lugar y que comparto plenamente y de ninguna manera es la única a seguir, hay muchas opiniones diferentes respecto a este mismo asunto.
El dominante debe tener el control de sí mismo, antes de nada. Él es comprensivo, protector... No permite que su ego lo ciegue a la hora de aprender cosas sobre Él y sobre su sumisa.
Cuando el dominante encuentra una nueva sumisa, Él no exige respeto sino que se lo gana, primero explora su mente, conociéndola a fondo, no busca seducirla, sino conocerla primero como persona, para así construir una relación.
Si es un buen dominante, no hace todo esto para ganarse una sumisa sino porque es capaz de encandilar a alguien sin la trampa de la sexualidad. NO es un ave de rapiña sino un profesor que desea compartir sus conocimientos y con la satisfacción de que así puede ayudar a alguien más.
Él también sabe que su relación depende de la sinceridad, de la comunicación. Él será sincero respecto a sus vidas, a sus gustos, a lo que espera de ella y sabe que ahí ella estará poniendo toda su ...
... confianza en Él, por lo tanto, no debe jamás defraudarla en ese sentido.
Para poseerla, primero debe ganarse su respeto, para hacerlo debe demostrar que es quién dice ser, que se preocupa por ella, y que se tomará todo su tiempo para conocerla como persona primero y luego como sumisa, Él sabe lo maravilloso que es el regalo que ella le da y toda la confianza que pone en él.
Con este propósito, habla con ella, conociendo sus necesidades y deseos y expresando los suyos propios, incrementando la confianza en ella misma, saltándose poco a poco sus limitaciones para hacerle ver que puede ser más fuerte de lo que ella pensaba, es decir, abriendo poco a poco la flor de su sumisión.
Él se toma su tiempo para conocer su alma antes que su cuerpo, tiene lugar una conexión que a él le permite adivinar sus deseos, sus necesidades, sus pasiones. Con este nuevo conocimiento, el dominante puede llevar a su sumisa a cotas más altas de placer, guiarla y caminar con ella, juntos, mientras buscan niveles más altos de compromiso.
Al aceptar una sumisa, un dominante contrae muchas responsabilidades. Él no la ayuda sólo en el dormitorio sino también en la vida. Él está ahí siempre que ella lo necesita, para cuidarla, para aliviarla cuando esté deprimida, para aliviar su dolor cuando esté enferma, para ayudarla a superar sus miedos y preocupaciones, para abrazarla y amarla cuando necesite afecto.
Él lo hace porque así lo desea, ya que el regalo que ella le ha hecho lo ha dado por su propia ...