1. Mari Carmen, una madre muy ardiente. 7


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Incesto Autor: hagen2012, Fuente: SexoSinTabues

    Mari Carmen, una madre muy ardiente. 7 La luz débil de la temprana madrugada ilumina la habitación. Es una alcoba de matrimonio, con una gran cama en el centro, muy bien amueblada. La cama está deshecha, con las sábanas y colchas desparramadas de cualquier manera, por encima y. por debajo de la misma. Sobre el colchón, una mujer desnuda, de cuarenta y tantos años, gime llorosa boca arriba, con los grandes pechos subiendo y bajando al compás de su respiración entrecortada. La mujer no está mal de cuerpo, tiene algo de barriga, unas buenas piernas, largo pelo teñido de negro y un rostro agradable, aunque ahora sus ojos están desmejorados por profunda ojeras. La mujer, además, tiene visibles y abundantes regueros de semen recién derramado entrecruzando su cara y su cuerpo. En realidad, tiene semen por todas partes. Junto a ella, un joven adolescente, delgado, bien proporcionado, y sobre todo, muy bien dotado, poseedor de una enorme y gruesa polla que le cuelga, algo flácida, entre los muslos. El joven tiene una expresión de felicidad y satisfacción en la cara, que contrasta sobremanera con la expresión abotagada y derrotada de la mujer que está a su lado. -Mamá…- susurra el joven, poniendo tiernamente una mano sobre una de las grandes tetas de su madre- Mamá, perdona, antes estuve un poco…brusco…eso es…es que me gustas tanto, me atraes tanto…es horrible, lo sé, pero cuando te veo desnuda, no puedo parar, no puedo pensar… La madre vuelve la cara hacia su hijo. Es cierto lo que ...
    ... éste dice. Antes, él, Pablo, casi forzó a su madre, y luego, se la estuvo follando sin parar durante un par de horas. Es cierto también que ella, Mari Carmen, no opuso mucha resistencia, más bien ninguna, salvo la verbal. -Tranquilo- le dice, con una sonrisa en la cara- Tranquilo, no todo es culpa tuya. Yo no estuve a la altura, no te impedí que lo hicieras. Pero ahora ya está bien. Debes marcharte, debes irte y no volver a hacerlo. ¿Me entiendes? Porque está mal. Muy mal. -Si, te entiendo- dice el chico, sonriendo. -Entonces, vete ya, es tarde y tengo que levantarme temprano para ir a buscar a tu padre al aeropuerto. -De acuerdo- contesta Pablo, sin dejar de sonreír. A Mari Carmen tanta sonrisa, tanta comprensión, le extraña un poco, viniendo de un joven que no hace mucho se le ha tirado encima y se la ha follado sin ningún miramiento. -Pablo- susurra Mari Carmen. -¿Si?- contesta el chico, con su voz más dulce e ingenua. -¿Por qué no te vas? ¿Por qué sigues aquí, torturándome con tu presencia, desnudo, junto a mí? ¡Vete, por favor! -Lo haría- dice el joven, si dejar de sonreír- Pero es que no puedo. -¿No puedes? ¿Se puede saber por qué no puedes?- inquiere Mari Carmen, que está empezando a enfadarse un poco. -Porque me tienes agarrado por la polla, mamá- contesta Pablo, riendo. Mari Carmen mira hacia dónde se dirige la mirada de su hijo. Avergonzada, comprueba que durante todo el tiempo de la conversación, ha tenido apresada entre los dedos de su mano derecha la verga de ...
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