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Mi bella hija y el vigilante
Fecha: 20/10/2019, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Llegue a casa temprano y el vigilante no estaba en su puesto, entré a casa y vi la puerta del jardín abierta, entre y oí unos gemidos. Me acerqué cauteloso y vi a mi hermosa hija de 18 años siendo acariciada erótica y tiernamente por nuestro vigilante. Erika es una bella rubia de ojos azules y piel muy blanca, delgada y de 1,60 m de estatura, y Juan, el vigilante es un negro enorme de unos 2 m de altura muy musculoso. Noté como Juan manoseaba delicada y tiernamente a Erika, masturbandola sin apuro con sus dedos, mientras sus bocas se fundían en unos besos ardientes y delicados. Erika tuvo un fuerte orgasmo que no disimuló. Oir a mi bella hija gimiendo de esa manera me excitó mucho. Al reponerse, mi hija empezó a satisfacer a Juan oralmente. Fue entonces que noté que poseía un pene enorme y grueso. Cuando estaba a punto de venirse, el hombre levantó delicadamente a mi hija y la acostó en una silla para tomar Sol, separó sus piernas y la satisfizo 2 veces con su boca. Erika le rogaba que se la cogiera y el se sentó en otra silla y la hizo sentar sobre su pene erecto. Vi como aquel inmenso huevo se hundía hasta la base en mi hija, quien empezó a moverse con lujuria acabando muy pronto. Estaba ...
... fascinado oyendo a mi hija gritar de placer y deseo, verla comportarse de esa manera tan lujuriosa me excitaba mucho, pronto Juan le dio un nuevo orgasmo y acabó dentro de ella. Erika estaba temblando y noté como aquel negro acariciaba su ano con sus dedos, le puso un lubricante y la sentó sobre su pene. Erika gritó de placer, y tal vez dolor, Juan la colocó en la grama en 4 y empezó a taladrarla por su ano, mientras sus manos acariciaban su clítorix. Vi que le hablaba al oido y noté como mi hija se encendía con sus palabras, entonces se vino por primera vez, muy pronto volvió a acabar, y al él eyacular tuvo un tercer orgasmo. Se quedaron allí unidos varios minutos, tocandose, susurrandose, y besándose. Al seperarse Erika lo beso en la boca abrazandose a su cuello en puntillas y le dijo algo que lo hizo sonreir. Luego se despidieron y vi a Erika caminar a la casa, por su muslo bajaba una linea de semen. Subió a su cuarto y se metió a la ducha. Por la manera en que ambos se miraron comprendí que se amaban y decidí no intervenir. Erika y Juan se aman con lujuria cada jueves y sábado, cuando se creen solos en casa. Y yo me obsecioné con aquella hermosa vista y los filmo y grabo en secreto
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