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Móviles - 4
Fecha: 25/10/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: perrofiel, Fuente: CuentoRelatos
... vez que lo hace y todas las incertidumbres le están invadiendo. - Lo suficiente. Sé que es una pregunta tonta, pero ¿por qué lo has hecho? - La Señora estaba esperando que nos quedásemos solos para hacerlo. Sabe que el sonido que te llega te va a gustar. Quiere saber si estás duro. Sin duda la expresión es de Ella. Nos maneja a los dos y mi único deseo es complacerla. - Sí, muy duro, ese sonido me excita. Y si viene de tan cerca más. Vuelve el silencio. Le pregunto cómo está. Me dice que además de rara excitada, asimilando lo que le está pasando, la forma en que se está viendo envuelta en este estado permanente de sumisión, pendiente del móvil, plateándose si será capaz de hacer lo siguiente que llegue, aun sabiendo que lo hará y que no sabe si le da miedo o bien es todo placer, de una forma que ni se lo había planteado. - ¿Puedo confiar en vosotros, verdad? - saca su preocupación, lo que todos nos planteamos cuando de alguna forma nos iniciamos. - Puedes estar muy tranquila. Solo nosotros lo sabemos. Solo lo sabrá quién tu quieras que lo sepas. Aunque también confiamos en tu discreción - intento ser convincente. - Gracias - tarda unos segundos en enviarme el mensaje -. Me tranquilizas. Y la Señora también. Paran los mensajes para oírse de nuevo otros ocho azotes, seguidos de otros u ocho que son míos. - ¿Te podrás quedar a comer en la oficina? - quiere saber mi Ama. - Si Señora - respondo. - Bien. Ya sé que Laura lo hace siempre. Hoy os ...
... toca comer juntos en la oficina. Ya te diré el qué. - Si Señora. - Sigue medio desnudo, date pellizquitos en los pezones cada hora durante cinco minutos. ¿Has llevado las pinzas con el cordel? - Si Señora, las tengo aquí. - mmmm, pronto vas a usarlas. Hasta luego flor - y se oyen otros ochos chasquidos, seguidos ahora por unos leves gemidos. ¿Se habrá corrido? Ya casi es la hora de la comida. La mañana ha pasado rápido, casi un suspiro. Laura ha estado sentada con la falda por encima del asiento y remangada hasta la cintura, empapando, cree, la tapicería de lo mojada que está, traspasando con el flujo incluso el tejido de la braguita. Nos quedamos solos. Mi compañera me pregunta si no voy comer. - Como aquí. Es una petición de la Ama - respondo. Antes de terminar la frase, aparece por la puerta, avergonzada, mirándome con timidez. Cómo ha cambiado, pienso. Quizás sea porque mi Ama ha sabido hacerle ver que evidentemente soy un salido, Su salido sumiso, Su putita o simplemente lo que Ella quiera que sea. O bien, ha aceptado la condición en la que vivo, igual que la sé que está descubriendo en ella misma y en la que también estoy, interviniendo tan solo cuando mi Ama así lo desea. - Desnúdate del todo - me dice directamente - La Señora te quiere exhibir delante mío - me pilla de sorpresa, tardo unos segundos en reaccionar -. Vamos que está esperando - no pienso más y me levanto quitando primero la corbata y desabrochando con torpeza la camisa, dejándola ...