cuando le devuelvo su novia a mi hijo - Relatos Eróticos

cuando le devuelvo su novia a mi hijo

Ahora me toca a mi continuar la historia pues mi hijo dice haber cumplido con la anterior, pues estima que allí se conto lo más trascendente de nuestro amor. Coincido con él, nuestro amor no solo así se despertó sino que se consolidó habiéndome curado de mi cruel vaginismo. Para hacer comprensible el texto les recuerdo, que mi niño a los 15 noviaba con Alicia su único amor hasta ese entonces de solo 14 años, cumplían los ritos del sexo hasta que ella se decidió y se desvirgo montándoselo. Un cumulo de intervenciones desafortunadas de sus padres avaladas por ellas hizo se rompiese la relación. Ella al conocerme sufrió un impacto de enamoramiento repentino de mi persona, puntualizándole a él, no solo mis características como mujer sino también fantasías sexuales sobre mí, él hasta ese momento no había reparado en mi como mujer, luego en base a ello lo hizo, fue vehemente, a pesar de enterarse por mi boca de mi vaginismo que me anulaba como hembra, lucho por su incestuoso amor hasta lograr curarme de ese raro mal, que afecta a algunas mujeres. Pero en esa historia quedo trunca, la que luego en la intimidad le relate detalladamente, hasta convertirnos en mutuos confidentes. En la intimidad y entre hermosas secciones de amor fui accediendo a sus reclamos sobre mi pasado. Desde mi pubertad, con todas las cosas comunes entre chicas de mi época, desde los misterios de la reproducción hasta los juegos inocentemente eróticos como dar de mamar a las muñecas o jugar al doctor mas ...

... entusiastamente si participaba un varón analizando con curiosidad su pito y sus huevitos. Hasta los finales de mi separación. No tuve ningún novio hasta los 15 era retraída y vergonzosa, me educaron con el temor a los varones y sus armas mortales que según mi fantasía blandían entre sus piernas. El romanticismo era mi único fin en la vida y así fue hasta casi los 16 donde con este novio comienzan a desarrollarse encuentros íntimos que nos llevan a ambos a descubrir las sensaciones de placer que otorga el orgasmo. Con este novio me case, no, no fue siendo virgen pues me había desflorado en uno de los frecuentes polvos de parado que veníamos practicando en lo posible todos los días en los mas insólitos lugares, pues éramos vecinos y alternábamos nuestras visitas a nuestras respectivas antiguas casas con mas habitaciones que personas más un boscoso parque en los fondos. A los 19 terminado mi bachillerato nos casamos, y nos mudamos a esta ciudad donde él había conseguido un muy buen trabajo, el que permitió pudiese seguir estudios universitarios y doctorarme. Nuestra vida sexual era completísima, al punto que todavía conservo un librito de origen hindú, el kamazutra con posturas de todo tipo, algunas solo aptas para contorsionistas, creo que casi todas las hemos practicado, ambos éramos ardientes al extremo de mantener un promedio de dos encuentros por día, no se perdonaba periodo alguno o se usaba el otro orificio, y un diu se encargaba de protegerme del embarazo. Durante él tampoco ...