Clara y el viejo jardinero
Fecha: 07/11/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: sararivas, Fuente: CuentoRelatos
Hola, me llamo David, tengo 36 años y soy informático. Vivo en el centro de Sevilla, en un apartamento, mientras que el resto de mis parientes habitan en los pueblos de alrededor.
Una mañana de verano fui a visitar a mis tíos a un chalet con piscina que tienen en Alcalá de Guadaira. Con ellos vive mi prima Clara, un bellezón de 24 años, morena, de pelo largo, con un cuerpo de escándalo y una elegancia y finura dignas de cualquier princesa.
Aquella mañana estuve saludando a mis tíos y pregunté por Clara. Dijeron que estaba tomando el sol en el jardín. Me asomé a la terraza y ahí estaba ella con un bikini azul turquesa espectacular. Tenía un cuerpo bronceado de las horas que tomaba al sol y unos pechos y un trasero de infarto. A unos 10 metros estaba Pepe, el jardinero, hombre de casi 70 años, que pese a estar jubilado, iba por las mañanas a cuidar y regar el verde de la finca. Pepe era un hombre gordo, con aspecto sucio, se pasaba el día en los bares y que de vez en cuando visitaba algún burdel de mala muerte para aliviarse porque su mujer llevaba años inválida. Contrastaba verles, el rudo y barrigón Pepe con las formas, belleza y dulzura de Clara. Me fijé que mientras regaba el jardín, a Pepe se le iban los ojos hacia las piernas y el cuerpo de mi prima, pero claro, es que nadie es de piedra.
Saludé a Clara y estuvimos conversando. Aprovechando que debía ir al centro, se arregló y me acompañó. Se puso un top verde y una minifalda vaquera que quitaba el hipo. ...
... Dijimos adiós a Pepe, que la miró de arriba abajo y nos fuimos.
Días después, volví al chalet de mis tíos para arreglarles un ordenador. Estaban preparándose para ir a Sevilla cuando entré, así que apenas les saludé me dijeron que mi prima estaba en el jardín si necesitaba algo. Marcharon y yo aproveché para solucionarles un problema en el ordenador antes de saludar a Clara. Terminado el asunto, me asomé a la ventana y vi algo increíble: allí estaba Clara totalmente desnuda tomando el sol. Parecía una auténtica playmate. Nunca la había visto así, por lo que el calor se apoderó de mi cuerpo. Me escondí para que no me viera porque temía que se avergonzara al verla, hasta que oí unas voces.
Me acerqué y oí a Clara como, totalmente desnuda y tumbada en la hamaca, llamaba a Pepe. El viejo se acercó y le pidió que le untara el cuerpo de crema. Pepe accedió encantado, ¡quién no¡, y empezó a pasar sus fuertes y áridas manos sobre las piernas, espalda, pies y culo de Clara. Era increíble lo que estaba viendo: mi prima pija que siempre usa los perfumes más caros siendo manoseada por un gañán que normalmente desprende olor a sudor y vino. La escena era perturbadora, y mi erección aumentaba por momentos. Pero lo más impresionante estaba por llegar…
Después de unos 20 minutos de sobeteo, Clara le dijo que la había sentado muy bien el masaje y que no sabría cómo pagárselo. Pepe dijo que no tenía importancia, y Clara le preguntó por su mujer, la pena que tendría que apenas pudiese tener ...