1. Entre primos no es pecado


    Fecha: 09/11/2019, Categorías: Erotismo y Amor Autor: traviesopepe, Fuente: CuentoRelatos

    Una vez, estando yo de vacaciones, mi prima se fue a quedar unas semanas con mi mamá (es su sobrina regalona), dormía en mi pieza, en mi cama. El día en que yo llegué después de un mes, mis viejos estaban esperándome, en la madrugada, obviamente ella también. Tomamos un café, yo les conté anécdotas e historias, me bañé y me fui a dormir. Le dije que siguiera usando mi cama, que yo podía dormir en un colchón en el suelo y saco de dormir, total era sólo una noche.
    
    cuando entré a la pieza, sentí un olor espeso, pero rico, dulce y excitante, un aroma a mujer. Ella estaba acostada, no sé si dormía o fingía. Como les conté tenía un culo precioso, con la luz de luna se alcanzaba a ver entre las sábanas, además usaba un pijama muy corto que dejaba mucho a la imaginación, también se veía parte de su pecho. Sólo verla hizo que se me erectara me saqué la toalla y comencé a pajearme un rato pasándome mil rollos, me puse pijama y me acosté.
    
    No podía dormir, sólo saber que estaba allí me tenía nervioso y excitado, fui al baño a terminar, sin embargo, apenas volví a la pieza, me sentí muy caliente otra vez. Me acerqué lentamente a la cama y le hice cariños en su mano, muy suavecito, con ternura, pero sin dejar de ver su poto. Le bese la mano e iba subiendo con mi boca por su brazo, ella me preguntó susurrando qué estaba haciendo, yo no le respondí y seguí hasta su hombro, se acomodó y cuando llegue a su cuello, respondió dándome un beso en la boca.
    
    Nos dimos un beso húmedo, muy ...
    ... rico, mientras la abrazaba, se corrió y me acosté al lado de ella. Seguí besándola y mi mano subió por ese corto pijama acariciando su muslo. Toqué sus nalgas, con mi pene durísimo y sentí como su vagina se iba humedeciendo, con mis manos busqué sus tetas por debajo de la polera y sentí sus pezones duros. Le besé el cuello, y llegué con la boca a sus pechos. Los lamí con locura, los mordía y mis manos no dejaban de manosearle el culo. Tratamos de no hacer ruido, pero al crujido de la cama le acompañaban gemidos, la di vuelta como haciendo cucharita mientras acariciaba sus tetas, ella me tocaba el pene y apretaba el glande, yo sentía como palpitaba en su mano, toqué su clítoris y sentí sus labios muy mojados. Desesperado bajé su short, me saqué el pijama y sentí su culo durito y parado en mis muslos, ella seguía tocándome el miembro, la volví a mover y la dejé boca abajo, yo me acosté encima de ella y comencé la penetrar. Primero lento, muy suave, sentía como entraba y salía mi pene de su vagina tibia, ella paraba el culo y cada vez aumentaba la velocidad, comenzamos a jadiar, le tapa la boca para que sus gemidos no se oyeran tan fuertes, nos detuvimos, me arrodillé, le levante la cola y comencé a penetrarla, esta vez en cuatro, la tomé de la cintura y la movía enérgicamente. Le acariciaba las nalgas y con la otra mano paseaba por el ano, se lo acariciaba y metía un dedo, ella comenzó a mover el culo de arriba hacia abajo, y yo estaba vuelto loco, comencé a meterlo más fuerte y ...
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