Silvia, la novia de mi mejor amigo
Fecha: 14/11/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Esto me sucedió hace algunos días, y es algo que no me lo esperaba y nunca imagine que pudiese suceder. Todo comenzó una tarde en la que me encontraba trabajando en la oficina, estaba a punto de marcharme, cuando escuché a un compañero que discutía con su novia, lo cual ya se había vuelto casi costumbre en los últimos días, su relación al parecer no andaba muy bien; por lo que no le di mucha importancia, cuando me acerqué a la puerta para salir, escuché un portazo muy fuerte y al abrir la puerta de mi oficina me encontré con Silvia hecha un mar de lagrimas.
A ellos los conozco desde hace varios años, compartiendo estudio, trabajo y fiestas, por lo que al verme se arrojó a mis brazos, buscando algún consuelo, el cual como buen amigo traté de brindarle, estuvimos hablando por un buen rato (bueno yo hablaba mientras ella lloraba y trataba de explicarme lo ocurrido); cuando se sintió mejor , más calmada, me pidió que por favor la llevara a su casa, a lo cual accedí.
Cuando llegamos, nos dimos cuenta, que la casa estaba sola, ella me pidió que la acompañara un rato mientras llegaban sus compañeras de casa, pasé y nos acomodamos en el sofá, y continuamos hablando, y volvió a llorar, yo me acerqué y la abracé. Ella me dijo:
¿Por qué sos tan bueno conmigo? Porque eres mi amiga y te aprecio mucho -le dije, no soy un galán y tampoco quería aprovecharme de la situación - no me gusta verte tan triste.
Me sonrió y me abrazó con fuerza...
Me hubiera gustado enamorarme de ...
... alguien como tú - dijo y me estampó un gran beso en la boca que me dejó atónito, tomó una de mis manos y la llevó hasta uno de sus pechos, me tomó un momento reaccionar ya que a pesar de que muchas veces soñé con tenerla nunca pensé que pasara.
Por cierto todavía no la he descrito, ella es bajita como de 1,60 m, cabello lacio castaño hasta el cuello, una cara linda aunque un poco pecosa, piel blanca, unos pechos pequeños pero redonditos y bien duros, delgadita de cintura y lo que más me gusta unas caderas anchas con un cúlo grande y redondo y unas piernas rellenitas y bien torneadas.
Pudo más la calentura, que la razón y comenzamos a acariciarnos, ella se enderezó se quitó la blusa y el sostén, esto terminó por minar los últimos indicios de cordura que me quedaban, la atraje hacia mí y comencé a saborear aquellos manjares coronados por un pezón rozadito y duro, jugando con mi lengua, ella comenzaba a emitir pequeños jadeos mientras mis manos acariciaban el resto de su cuerpo.
Pronto me encontraba quitándole su pantalón mientras ella hacía lo propio con mi ropa, hasta quedar los dos con una única prenda, yo tenía una erección descomunal, no es que sea un superdotado, pero dadas las circunstancias estaba a más no poder, sin decirle nada ella comenzó a lamer la punta de mi pene y luego se lo introdujo poco a poco en su caliente y sabrosa boca, era un poco torpe pero era más el gusto, según me comentó después fue su primera vez.
Antes de correrme le dije que era mi ...